Ese incómodo momento en el que después de una entrevista de trabajo, escuchas la típica frase: ”Gracias. No nos llame, nosotros le llamamos”. Tú sólo te preguntas ¡¿Qué…pero por qué?!

Todo comienza con un anuncio que ofrece un sueldo increíble, revisas que no sea para el PRI-DF, todo en orden, tú crees ser el candidato perfecto. Sales corriendo a la papelería por una de esas horribles solicitudes de empleo que los de recursos humanos usan para encender sus cigarros, ensayas varias veces lo que crees que te van a preguntar. Tus manos sudan tanto que podrías llenar una botella.

De acuerdo con un artículo publicado por La Jornada, el número de jóvenes que no estudian ni trabajan es de 6.2 millones. El 60% de los jóvenes que aplicó para una vacante en 2013 año fue rechazado. Sí, estadísticamente es poco probable que consigas chamba.

El sociólogo Richard Sennett, predijo en los 90 que a lo largo de tu vida tendrás aproximadamente 7 trabajos muy distintos uno del otro y cada vez, el mercado laboral será más especializado. El trabajo se ha vuelto inestable, centrado en la inmediatez.

Según Man Power Group, estas son 10 razones por las que las empresas rechazan jóvenes:

• Falta de experiencia: “¡Cómo quieren experiencia sino me contratan!”, es un bucle demoniaco que no te permite insertarte en el mercado laboral.
• Falta de conocimientos: “Claro que sé programar en Python con los ojos cerrados…¿me podría repetir de qué es el trabajo?” No hay que exagerar, es probable que la empresa contraste la información que le des y las mentiras pueden resultar contraproducentes.
• Edad: “¿Cómo de cuántos me veo?” Muchos reclutadores tienen la idea de que a partir de los 40, la carrera profesional va en declive, esto es discriminación.
• Pretensión salarial alta: “Ah, en mi trabajo anterior me pagaban en euros”. No mientas por convivir sobre tu salario actual, es probable que te pidan un recibo de nómina.
• Estar estudiando: “Tengo clases de coreano por las tardes”. Cualquiera pensaría que estudiar algo fuera de horario de trabajo es positivo, pero la realidad es que no, la empresa teme que tus estudios de coreano te quiten horas de trabajo
• Candidato sobrecalificado: “Esta empresa no te merece” No cometas el error de suprimir tus logros académicos, mejor explícales porque te interesa el puesto en ese momento de tu vida.
• Disponibilidad de horario: “Uy no, esa es la hora en la que reposo la comida” Decir que puedes trabajar desde ya, no es la opción porque en el caso de que te encuentres laborando denota irresponsabilidad, considera pedirles un par de días para dejar todo en orden. En cuánto al horario, tienes la libertad de preguntarle al empleador de qué hora a qué hora es la jornada para la que estás aplicando y evitar así, que te asignen un turno que no puedes cubrir.
• Optaron por un mejor candidato: “No eres tú, es él…que tiene mejor CV”.
• Apariencia física: “Mi mamá me dijo que lo que importa es lo de adentro”, Tal vez el hippie que habita tu cuerpo te dice que las apariencias no son importantes, te engaña, los de recursos humanos se alimentan de juzgar, así que bolear tus zapatos en ese día especial, no está de más.
• Lejanía de casa: “Pero si Chalco no está tan lejos, hago como 2 horas sin tráfico”. Busca un trabajo que este cerca de tu casa o busca una casa que esté cerca de tu trabajo, porque eso también te dará una mejor calidad de vida reduciendo el tiempo de traslado.

La próxima vez, si te preguntan cuáles son tus mayores fortalezas y debilidades, lo mejor es que te abstengas de decir “malversación”. Si fracasas, ¿qué más da? Es mejor hacer eso que nada.

Vía: www.sopitas.com