Travel Report » Entradas » 10 rincones llenos de encanto en el Estado de México
Ago 23, 2015 Jesús Alonso ¿A DÓNDE VAS?, Estado de México, MÉXICO 0
Todos tenemos una historia o anécdota que contar sobre unas vacaciones inolvidables en el Estado de México. Hagan memoria y piensen la última vez que subieron la Pirámide del Sol en Teotihuacán, o qué me dicen de aquella ocasión que conocieron la bella laguna del cráter del Nevado de Toluca. Y eso sin mencionar las múltiples paradas obligadas que seguramente muchos de ustedes han hecho en la Marquesa o en Valle de Bravo.
El Estado de México no necesita presentación y es que ya sea una escapada de fin de semana, una excursión, o unas vacaciones completitas, esta entidad ubicada al centro del país reúne sitios emblemáticos, pintorescos y con mucha historia que siempre nos ofrecen algo nuevo por descubrir. Y es que la maravilla de tenerlo cerca nos permite recorrerlo despacito para viajar al pasado gracias a su vasta oferta arqueológica. Pero también cada municipio tiene algo que contarnos, ya sea en medio de enormes muestras de arquitectura virreinal, o en espacios donde la naturaleza es la protagonista.
Acompáñenos a descubrir sus Pueblos Mágicos: Metepec, Valle de Bravo, Malinalco, Tepotzotlán y El Oro pero también muchos otros rinconcitos cuyo encanto se manifiesta a través de sus fiestas, construcciones y desde luego en la calidez de sus habitantes.
A 133 kilómetros de la Ciudad de México se ubica el Pueblo Mágico de El Oro un antiguo e importante pueblo minero que conserva un encanto natural que vale la pena descubrir. Aquí se respira tranquilidad en cada rincón, lo que permite disfrutar sin prisa su gran acervo arquitectónico; construcciones de estilo neoclásico francés y Art Nouveau que sin duda alguna te sorprenderán.
Prueba de ello es su Palacio Municipal, que por cierto era uno de los lugares preferidos por los aristócratas, en especial por el ex presidente Porfirio Díaz, que se inclinaba por las construcciones que asemejaran a las francesas y preferentemente de Art Nouveau. Otro edificio de este mismo estilo y que es otra chulada es el Teatro Juárez, célebre escenario donde alguna vez se presentó el gran tenor Enrico Caruso.
Pero el paseo no está completo sin haber visitado el Museo de Minería donde podrás conocer el desarrollo de esta actividad en el estado y asomarte hacia las profundidades del Tiro Norte. Al terminar esta visita y como seguramente te sorprenderá el hambre no puedes perderte la oportunidad de comer en El Vagón, un restaurante acondicionado ¿dónde creen? Pues en el fondo de un vagón de tren. Y es que fíjense que debido a que esta población era minera, necesitaban forzosamente una estación del tren que les permitiera transportar pasajeros así como mercancía. Ahora esta estación conserva su fisonomía arquitectónica a pesar de haberse construido a finales del siglo XIX.
Déjense sorprender por El Oro, pueden hacer un paseo completito a través de su tranvía turístico y maravillarse con este rincón mágico del Estado de México.
Llegamos al pie de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, al pueblo con encanto de Amecameca, ubicado justo en los límites del Estado de México y Puebla. Estamos internados en una zona boscosa, así que el clima ya le brinda una identidad particular a este municipio mexiquense, así que incluyan en su travesía vestimenta abrigadora, zapatos cómodos y muy buena actitud para recorrer esta población cargada de historia y sitios naturales.
En la época prehispánica Amecameca fue un importante centro ceremonial indígena, y durante la época colonial fue lugar de retiro de Fray Martín de Valencia, primer franciscano que encabezó la evangelización de la Nueva España en 1524. Ya imaginarán el legado con el que se encontrarán, tal es el caso de la Capilla de la Virgen de Guadalupe y el Santuario del Sacromonte, construido en los vestigios de lo que fueran los teocallis indígenas, así que justo en la cima del cerro, se levantó esta iglesia. En su interior se encuentra la imagen de un Cristo hecho con pasta de caña de maíz; una belleza y además fíjense que este lugar es un excelente mirador que te permite ver el pueblo y los imponentes volcanes. Un escenario digno de fotografía.
Después de esta visita camina por la Plaza de la Constitución. Es el sitio más concurrido, especialmente los fines de semana; es aquí donde el descanso, la compra de artesanías y una buena comida tienen lugar. Otra joya es la Ex Hacienda de Panoaya. Un lugar lleno de historia, no sólo por encontrarse el Museo Sor Juana Inés de la Cruz; también porque cuenta con amplios bosques acondicionados para hacer diversas actividades ecoturísticas, incluso en su extensa superficie hay lugar para un zoológico con más de 200 animales.
Y finalmente otra opción para bocanadas de aire puro es el Parque Nacional Izta-Popo Zoquiapan, ideal para los amantes de la naturaleza. ¿Verdad que vale la pena una visita a este encantador municipio del Estado de México?
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El Pueblo Mágico de Metepec es uno de los principales centros alfareros del país y cuenta con el registro de marca para sus piezas de barro, como el conocido Árbol de la Vida. Esta localidad, que forma parte de la zona metropolitana del Valle de Toluca, es una verdadera delicia para caminarla, visitar los talleres y hablar con los creadores que siempre están dispuestos a explicar sus técnicas. Todo un viaje al mundo de la creatividad popular. Para muestra basta con que se dirijan al Palacio Municipal, ahí en la plaza Cívica, se encuentra la hermosa fuente de la Tlanchana, una figura mitológica indígena que representa a la Señora de las Aguas Dulces que, cuenta la leyenda se aparecía en la laguna y atraía a los hombres con su belleza, llevándoselos a las profundidades del agua.
Pues ya sabrán qué tanto se acercan a ella, lo que es un hecho es que el arraigo artesanal se siente por todas partes, incluso, apenas en 2012 se inauguró el Museo del Barro, que expone obras elaboradas por las manos mágicas de los mexiquenses. Otra parada es en la iglesia y el ex convento franciscano de San Juan Bautista de Metepec o la capilla del Calvario, les va a encantar pero para que la caminata valga aún más la pena, váyanse al cerro de los Magueyes; ahí en los alrededores se han hallado enterramientos prehispánicos.
Así que ya lo saben, visitar Metepec es adentrarse en un ambiente bohemio entre artesanos; es caminar por las noches entre puestos de comida, encontrar el placer de los sabores y colores en cada platillo, y conocer sobre todo personajes fantásticos hechos en barro.
Aculco es una de las poblaciones típicas más bellas del Estado de México. Se ubica en el norte de la entidad casi colindando con el estado de Querétaro. Se distingue entre otros Pueblos Mágicos por sus notables riquezas naturales y su majestuoso paisaje de columnas basálticas que bien vale la pena conocer y perderse en ellas junto con el sonido del agua.
No por nada es un lugar tan apreciado por los aficionados al ecoturismo, sin embargo, aún preserva valiosos aspectos arquitectónicos en sus callejones, casonas y antiguas viviendas con columnas de cantera y coloridas calles adoquinadas. Exactamente, algunos de los sitios obligados para visitar son: la Plaza de la Constitución con su quiosco, las plazuelas Miguel Hidalgo y Benito Juárez, los lavaderos públicos, el palacio del Ayuntamiento y sus acueductos, conocidos como los Arcos.
Pero desde luego, su principal atractivo es la naturaleza, a 10 kilómetros de la cabecera municipal resalta entre una barranca, la increíble Cascada de la Concepción que se nutre de las aguas de la presa de Ñado y corre sobre una calzada de columnas basálticas. Sus paredes de basalto hacen de esta cascada un sitio idóneo para hacer rappel, incluso es ideal para acampar. Eso sí, si quieren ver la cascada en todo su esplendor, lo más recomendable es ir durante la temporada de lluvias.
Combinar estas bellezas con las del centro de Aculco, sus restaurantes, gastronomía y pintoresco entorno hacen de este rincón mexiquense toda una joya.
Pocos lugares son tan pintorescos y ricos en arte, historia y naturaleza como el Pueblo Mágico de Malinalco. A dos horas de la ciudad de México nos encontramos con este bello destino ubicado a los pies de un hermoso valle de exuberante vegetación. La tranquilidad que se siente entre sus calles empedradas y salpicadas de flores, casas multicolores, y bella arquitectura virreinal lo convierten en un sitio ideal para el descanso.
Inicia tu recorrido en la zona arqueológica de Cuauhtinchán, ubicada en el Cerro de los Ídolos. Por un camino de más de 400 escalones se llega a la cima y ahí, imponente, destaca la casa de los Guerreros Águila, monolito tallado en la piedra viva. La siguiente parada es con el pasado colonial. Aquí se encuentra el Convento Agustino del siglo XVI que nos recuerda las construcciones medievales por su sobriedad. En su interior alberga hermosos frescos originales que decoran los techos y muros de los pasillos.
Finalmente pueden hacer un recorrido en Museo Universitario donde se exhiben piezas prehispánicas de la zona pero también pueden conocer las propuestas de los artistas locales en la Casa de la Cultura. Cierren con broche de oro pescando su propia trucha en alguno de sus restaurantes y terminen la tarde disfrutando de alguna nieve típica en el pueblo.
Malinaco, donde conviven el pasado prehispánico y colonial los espera y con este paseo lleno de colorido.
El Pueblo Mágico de Valle de Bravo no necesita mayor presentación pues su belleza y entorno natural hablan por sí solos, así como sus callejuelas, hermoso lago artificial, y todas las actividades deportivas y cargadas de adrenalina a su alrededor. Sin embargo tiene también rinconcitos por los que vale la pena perderse; aquí les van algunas opciones. Cómo ven llegar por la tarde e iniciar con una caminata a la orilla del lago para disfrutar de su relajado ambiente y sobre todo de una inigualable puesta de Sol.
Suena muy bien y a la mañana siguiente no hay nada como despertar desayunando con pan recién horneado, unos tamalitos o canarios, y un buen chocolatito para emprender con mucha energía una caminata por el centro. Aquí los espera la iglesia consagrada a San Francisco de Asís, el Jardín Central y desde luego el mercado de artesanías que ofrece auténticas joyas del talento mexiquense. Otro plan es conocer los alrededores de Valle de Bravo, rincones naturales y de sobresaliente arquitectura por los que vale la pena adentrarse. Fíjense que a 6 kilómetros de este Pueblo Mágico, se ubica la casa de oración Carmel Maranathá, construida por la Orden de las Carmelitas Descalzas y decorada en su interior por coloridos tapetes, pinturas y esculturas. Un lugar muy concurrido, más allá de creencias religiosas, por su belleza y la paz que irradia.
En los alrededores de Valle de Bravo también encontrarás hermosas reservas naturales como el Santuario de la Mariposa Monarca; el Parque Natural Bosencheve o la Reserva de Monte Alto, ideales para practicar todo tipo de deportes de aventura.
Otro imperdible es la cascada Velo de Novia que se forma por la corriente y caída de agua de 35 metros aproximadamente. En temporada de lluvia, el caudal y el velo es mucho más abundante y hermoso para fotografiarse.
De regreso a la ciudad, la noche es otro escaparate ideal en Valle de Bravo, su oferta restaurantera es de primer nivel y ni qué decir de su oferta para la relajación y el bienestar en spas que cerrarán con broche de un oro un día lleno de actividades.
Tonatico reúne bellezas naturales, monumentos históricos y tradiciones ancestrales. Entre los nahuas se decía que aquí había nacido el Sol. Al caminar por el hermoso pueblito colonial, ubicado a una hora aproximadamente de Toluca, nos encontraremos con la plaza central arbolada, el típico kiosco y la maravillosa iglesia de Nuestra Señora de Tonatico. Siéntense y relájense con una rica nieve mientras ven la vida del pueblo pasar.
Si viajan en familia a los niños les encantará ir al balneario municipal para disfrutar de sus aguas termales pero sobre todo gozarán muchísimo encontrarse con las Grutas de la Estrella. Esta zona declarada área natural protegida, es un sistema de cuevas y galerías formadas desde hace miles de años por la erosión de las filtraciones y corrientes subterráneas de los cerros del sur del Estado de México. Para encontrarte con las caprichosas formaciones de estalagmitas y estalagmitas es necesario descender por unos 400 escalones bien acondicionados e iluminados que te irán sumergiendo, a través de sus senderos, a una experiencia realmente impresionante.
Siempre de la mano de un guía, en este recorrido que dura alrededor de una hora, es una forma más aventurera de disfrutar Tonatico ¿verdad que tiene su encanto?
Llegamos a otro Pueblo Mágico del Estado de México, un tesoro virreinal en toda la extensión de la Palabra, se trata de Tepotzotlán. Poco antes de llegar a la caseta de cobro de Querétaro se ubica este pintoresco destino que posee una obra maestra del barroco mexicano: el Ex Convento de San Francisco Javier, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que también alberga el Museo Nacional del Virreinato, uno de los mejores del país. Estos sitios son un motivo suficiente para visitar este bello municipio mexiquense, sin embargo imagina combinar esta experiencia con alguna puesta en escena, conciertos o presentaciones corales en el espléndido templo; todo eso es posible aquí.
En Tepotzotlán hay mucho que ver y fotografiar, hay obras monumentales por todas partes, tal es el caso de los Arcos del Sitio, obra arquitectónica construida por los frailes jesuitas a principios del siglo XVIII.
Y para cerrar con broche de oro no dejen de hacer una parada en los restaurantes que se ubican en el primer cuadro, los cuales ofrecen una amplia oferta de comida típica mexicana.
Y si van con niños no dejen de darse una vuelta en el Parque Ecológico Xochitla: paseos en bici, golfito, amplias áreas verdes o hasta festivales de globos aerostáticos los esperan.
Los bosques vivos del Estado de México se visten todos los años de color naranja, lo que significa el arribo de la Mariposa Monarca. Tres fantásticos santuarios regalan cada año, del mes de noviembre y durante todo el invierno, un espectáculo que no tiene comparación, al reunir a millones de mariposas que hibernan en los templados bosques mexiquenses. La Monarca, siendo tan frágil, realiza un fantástico recorrido de entre 2,000 y 4,500 kilómetros de ida, y otros tantos de vuelta, de los bosques de Canadá y EEUU a México.
Para ir a su encuentro pueden hacerlo en los santuarios “Ejido el Capulín”, en el Municipio Donato Guerra; “Piedra Herrada”, en Temascaltepec, que está muy cerca de Valle de Bravo y “La Mesa”, en San José del Rincón. Vayan con toda la familia desde temprano para que puedan ver a las mariposas más activas por el calorcito, eso sí solo hay que llevar zapatos cómodos para poder desplazarse cómodamente por los senderos de estos bosques y una buena chamarra. Verán que no sentirán cansancio, solo mucha adrenalina y emoción de sentir el cosquilleo del movimiento de las alas de estos singulares huéspedes de las coníferas del Estado de México que año con año nos crean conciencia sobre la importancia de su cuidado y respeto al medio ambiente.
Por este motivo, las actividades de observación sólo se pueden llevar a cabo en los santuarios y senderos autorizados. Programen bien su visita a través de los prestadores de servicios turísticos y guías autorizados para que la experiencia sea inolvidable.
Llegamos al Acueducto del Padre Tembleque, la obra de ingeniería hidráulica más importante construida durante el virreinato en el continente americano. Ya con eso lo decimos casi todo: espectacular, única y sobre todo una obra viva. Este acueducto vivo fue nombrado así en honor del fraile Francisco de Tembleque, la obra fue construida entre 1554 y 1571 y constituye un sistema hidráulico entre el Estado de Hidalgo y el Estado de México.
Su finalidad fue la de proveer agua a los pueblos de Otompan, actual Otumba y la Congregación de Todos los Santos, actualmente Zempoala, así como a numerosas poblaciones ubicadas en su trayecto. El Acueducto se extiende a lo largo de 48.22 kilómetros y está conformado por 6 arquerías. Fue reconocido por la UNESCO por representar una obra maestra del genio creativo del hombre.
Pero también por ser la manifestación de un intercambio considerable de valores humanos y ser un ejemplo que ilustra un periodo significativo de la historia de la humanidad. La mejor manera de disfrutar de esta obra monumental es con un plan completito por el corredor turístico de Teotihuacán que incluya pasar a conocer el ex convento de Acolman o el ex convento de San Nicolás de Bari. El valor de estar frente a estas zonas monumentales marca la diferencia de un viaje, así que prepárense para tomar muchas fotos.
Y desde luego para disfrutar de la gastronomía típica del lugar como son los chinicuiles, los escamoles o un rico pulque, brindemos porque con la inscripción del Acueducto, México refuerza su posición como el país del continente americano con más bienes inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO y el sexto a nivel mundial.
Y como ven, el Estado de México es orgullosa casa de importantes obras monumentales como este Acueducto.
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