Travel Report » Entradas » Descubriendo la Amazonia ecuatoriana
Abr 28, 2016 Jesús Alonso ¿A DÓNDE VAS?, INTERNACIONAL 0
Es poco sabido que la verde cuenca del Amazonas cubre casi la mitad del territorio de Ecuador, convirtiéndolo en una de las regiones más biodiversas del planeta. En la Amazonia ecuatoriana, enormes árboles crean un techo vegetal que alberga selvas vírgenes, ríos perezosos, comunidades milenarias, y criaturas tan deslumbrantes como mortíferas.
Con múltiples puntos de entrada y una muy amplia oferta de tours y agencias de viajes, entrar a la Amazonia desde Ecuador es una de las opciones más sencillas y accesibles de la región. Desde recorridos de un día a comunidades indígenas hasta paseos fotográficos nocturnos en lancha, hay mil y una maneras de explorar la selva. Sin embargo, el modo más sencillo y seguro de hacerlo es visitar sus parques nacionales y reservas ecológicas.
Una de las rutas más populares de la Amazonia ecuatoriana comienza en la ciudad petrolera de Nueva Loja (antes llamada Lago Agrio), que aunque sin grandes atractivos, es muy popular entre viajeros que se dirigen a la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno, uno de los lugares más extraordinarios de la Amazonia, donde el agua reemplaza a la tierra.
Aquí, la selva se inunda periódicamente, dando origen a un busque subacuático en el que las copas de las ceibas y los exóticos guarangos se elevan sobre los relucientes canales oscurecidos por la vegetación en descomposición, y que eventualmente desembocan en lagunas llenas de vida animal. Las más visitadas son la laguna Cuyabeno y la laguna Grande, donde moran seres casi prehistóricos como anacondas, nutrias gigantes, manatíes y delfines rosados.
Otro recorrido popular es al Parque Nacional Yasuní, saliendo desde la ciudad El Coca (conocido también como Francisco de Orellana). Con 9620 kilómetros cuadrados de marismas, lagos, ríos y bosque húmedo tropical, la gran maravilla de esta reserva es su vida animal, en gran medida inalterada desde la última era glacial. Es el mejor lugar para ver criaturas difíciles de encontrar en la Amazonia ecuatoriana, como el jaguar, la arpía mayor, el puma, y el tapir. Incluso, en la cercana Laguna de Pañacocha, habitan las míticas pirañas, mucho más inofensivas de lo que se pensaría.
A poca distancia está la reserva de los guaraníes, uno de los grupos étnicos más aislados del mundo. Gracias a varios proyectos ecoturísticos dirigidos por la misma comunidad, es posible pasar unos días allí para aprender de su cultura y tradiciones.
Desde la ciudad de Tena o desde El Coca, se puede viajar a la Reserva de Limoncocha, siguiendo el cauce del río Napo. Esta zona de pantanos, bosques húmedos tropicales y humedales es ideal para la observación de aves, con gran abundancia de guacamayas, loros, garzas y patos, entre otras. Su laguna, con la que comparte nombre, tiene también una flora y fauna extraordinaria, como el majestuoso caimán negro, que puede medir hasta siete metros. En las afueras de la reserva habita la comunidad Kichwa de Pompeya, en una isla en la mitad del río Napo. Cuenta con un interesante museo etnográfico, donde se puede conocer más acerca de su cultura y orígenes.
Además de estas reservas, en la Amazonia ecuatoriana hay muchas otras áreas protegidas que vale la pena explorar, espacios dedicados a la preservación de la riquísima biodiversidad de Ecuador. Entra aquí para conocer más.
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