En el mundo del turismo siempre hay mitos que, al visitarlos, pueden causarnos una ligera decepción. Monumentos o patrimonios que representan un determinado destino y con el que hemos crecido esperando visitarlo un día para, finalmente, terminar respondiendo un típico “tampoco es para tanto”, echar una foto simbólica y seguir nuestra visita para sorprendernos con otros lugares de los que apenas habíamos oído hablar. Quien avisa no es traidor, de modo que vamos a visitar (o rechazar) las atracciones turísticas más decepcionantes del mundo.

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Mona Lisa (Museo Louvre, París)

Si bien son muchos los detractores de la Torre Eiffel (cuyo efecto depende de la posición desde la que te la encuentras por primera vez), una de las grandes decepciones, no solo de París sino del turismo artístico, es la Mona Lisa (o Gioconda) de Leonardo Da Vinci, la cual reposa en la primera planta del museo Louvre bajo una advertencia que prohíbe fotos pero que, especialmente los japoneses, parecen no respetar. Unas risibles dimensiones de 77 x 53 cm que, si bien no contrarrestan carisma a uno de los cuadros más famosos del mundo, decepciona frente a otros enormes murales de la sala.

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Manneken Pis (Bélgica)

Símbolo de numerosas leyendas, esta estatuilla de origen renacentista que data de 1619 es uno de los principales highlights de la capital belga, Bruselas. No lejos de la Grand Place, este niño que orina agua sobre una fuente tan sólo mide 50 cm, está escoltado la mayor parte del tiempo por un tropel de turistas, es una copia (la original reposa en el Ayuntamiento) su significado aún nos parece algo difuso. Su versión femenina, la Jeanneke Pis, reside por la misma zona.

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La Gorda Dormida (Malta)

La época prehistórica  de las islas de Malta es uno de los atractivos más recurrente del destino, entre ellos una figura en piedra en forma de una señora con unos kilos de más en posición durmiente. Tras ver los numerosos carteles promocionales a nuestro paso por la isla no dudamos en dirigirnos al Museo Arqueológico de la Valletta, donde ademas esta figura yace exclusivamente al final del todo. La expectación es máxima hasta que descubrimos una triste figurita alumbrada por un halo de luz y a la que le faltan kilos precisamente.

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Las Ramblas (Barcelona)

Barcelona es siempre una ciudad recomendada, pero sí es cierto que ciertas atracciones están sobrevolaradas, como sus famosas Ramblas. Siempre es simpático deleitarse con el bullicio, los feriantes y artistas que entretienen al turista a lo largo de su travesía hasta La Barceloneta (otra playa decepcionante), pero no mucho más. Un lugar donde corres el riesgo de perder tu cartera, el tráfico abunda por doquier y los restaurantes sirven comidas (demasiado) caras no es el ideal turístico habitualmente.

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Buckingham Palace (Londres)

Cuando pensamos en la palabra palacio nos vienen a la mente lugares majestuosos e imponentes, y si se trata del famoso hogar de la Reina de Inglaterra más aún. Su posición en un lugar céntrico posiblemente resten grandiosidad a un edificio similar al tiempo de Londres: gris. Sin demasiado ornamentaciones ni elementos destacados, una de las residencias reales más importantes del mundo, además de decepcionante, está escoltada por un “cambio de guardia” con poco sentido del humor.

Las atracciones turísticas más decepcionantes también merecen ser visitadas para romper el hechizo de quienes viajamos demasiado convencidos. No obstante, muchos lugares desconocidos en ciertas ciudades no son tan notorios como los aquí presentes; es por ello que siempre es recomendable dejarse llevar, perderse por las calles y estar atento, pues lo que ayer fue olvidado mañana puede convertirse en el nuevo high light de la ciudad y tú habrás sido testigo.

Vía: nuestrorumbo