Travel Report » Entradas » Bolivia y sus ciudades increíbles: La Paz, Sucre y Potosí
Abr 08, 2016 Jesús Alonso ¿A DÓNDE VAS?, INTERNACIONAL 0
Bolivia, “el Tibet de las Américas” es un país de gran diversidad y rica cultura, hogar de una población con una inusitada complejidad étnica, resultado de una ancestral herencia inca mezclada con elementos europeos, asiáticos y africanos. Reconocida como uno de los destinos que hay que visitar este año, Bolivia es una país con una naturaleza pristina y una suculenta gastronomía, pero sobre todo, con ciudades increíbles que vale la pena explorar.
En un amplio valle en las alturas de Los Andes, y bajo la atenta mirada de la montaña Illimani, se encuentra La Paz, la capital extraoficial de Bolivia, a más de 3500 metros sobre el nivel del mar. Bulliciosa, cosmopolita y multicultural, esta ciudad maravilla requiere tiempo para explorarse, y claro, para acostumbrarse a la altura. En sus empinadas calles conviven lo tradicional y lo moderno, en forma de una activa escena artística con sabor folclórico.
Entre sus muchos atractivos destaca la colorida calle colonial Jaén, una de las más preservadas en cuestión arquitectónica. Es muy conocida porque en ella se encuentran cuatro atractivos museos: el Museo del Oro, El Museo la Casa de Murillo, el Museo del Litoral, y el Museo Costumbrista de Juan Vargas. Para antes o después de la visita, también hay muchos se encuentras varios cafés y restaurantes con aires bohemios.
A poca distancia está la Plaza Murillo, en el centro histórico de la ciudad, rodeada por construcciones coloniales como el llamado “Palacio Quemado”,la sede del gobierno boliviano, así como la Catedral Metropolitana. Y hablando de lugares de culto, cerca está la Basílica de San Francisco, en la plaza del mismo nombre, toda una gema del barroco andino. Su convento franciscano es el más antiguo de la ciudad, fundado hace poco menos de 500 años.
En pleno centro de la ciudad está el misterioso Mercado de las Brujas o de la hechicería, donde encontrarás todo desde amuletos y remedios del pueblo aymara, hasta fetos de llama usados para proteger las casas nuevas. Una de sus múltiples salidas da a la calle comercial Sagárnaga, donde abundas tiendas de todo tipo.
Para contemplar la magnitud de la ciudad, nada como un paseo en “Mi Teleférico”, el novedoso sistema de transporte aéreo por cable que une La Paz con la ciudad vecina de El Alto. Tiene varias líneas y se están construyendo aún más.
Otra alternativa es el Mirador Killi Killi, en la loma de Villa PabEscenario de leyendas, mitos y tradiciones, e la ciudad es desde el Mirador Killi Killi, en la loma de Villa Pabb resto del mundón. Nombrado en honor de una pequeña ave de la región, el mirador provee impresionantes vistas de la ciudad de casi 360 grados.
Aunque hay mucho que ver dentro de la metrópoli, vale la pena salir a explorar sus alrededores. Algunas opciones son el impresionante Valle de la Luna, una fascinante formación rocosa de arcilla, o el importante sitio arqueológico de Tiahuanaco, antiguo hogar de una poderosa cultura preincaica.
Conectando La Paz con la región de Las Yungas, está el Camino de la Muerte, la carretera de un solo carril que se cree la más peligrosa del mundo. Sin guardarrieles y bordeada por espectaculares acantilados, es popular entre ciclistas de montaña.
“Soy el rico Potosí, del mundo soy el tesoro; soy el rey de los montes, envidia soy de reyes”.
Alguna vez la más rica del continente, la ciudad colonial de Potosí es uno de los grandes esplendores de Bolivia; una pueblo cuya historia está grabada en la plata de su Cerro Rico. Durante muchos años la joya de la corona del Imperio español, la riqueza mineral de su tierra alimentó las arcas de los conquistadores. Aunque la plata se acabó tras 450 años de explotación, la encantadora arquitectura de la ciudad permanece intacta.
La Catedral de Potosí de estilo gótico, la Casa de la Moneda del siglo XVIII, la Universidad Tomás Frías y el Templo de San Francisco son solamente algunas de sus construcciones más enigmáticas, recordatorios del pasado de una ciudad que hoy se moderniza.
Vale mucho la pena visitar el Convento de Santa Teresa de 1685, en cuyo interior se encuentran magníficas obras de arte como la Madonna del escultor Alonso Cano y varias pinturas de Melchor Pérez de Holguín, uno de los artistas tura hasa dinamita, recorrido por el mercado de los mineros, donde se venden desde hojas de coca para contrarresta el mal de albolivianos más reconocidos.
Naturalmente no puede faltar una visita a las viejas minas. El recorrido más popular incluye el mercado minero, donde se pueden adquirir desde hojas de coca hasta dinamita para obsequiar a los trabajadores, una refinería y por supuesto, las minas cooperativas.
Si tienes la oportunidad, no dejes de ir al Ojo del Inca, una laguna de aguas termales rodeada por montañas, a pocos minutos de Potosí.
La ciudad blanca a los pies de las colinas gemelas de Churuquella y Sika Sika ha tenido muchos nombres: La Plata, Chuquisaca, Charcas…hoy, es conocida como Sucre, la capital constitucional de Bolivia y una de las poblaciones más bellas del continente
Construida al estilo español, el armonioso trazado de sus calles imita a las ciudades andaluzas. Acogedora y señorial, Sucre es la cuna de la libertad Latinoamericana, hogar de muchos de los principales personajes de la historia de Bolivia, y ostenta la mayor concentración de iglesias y museos del país
La identidad de la ciudad se manifiesta en su pintoresca Plaza histórica 25 de mayo, hogar de la Catedral Metropolitana, y en su majestuoso Convento de San Felipe de Neri, con sus cúpulas de tejas, sus campanarios, sus adornos de plata y sus terrazas con magníficas vistas. Otro imperdible es el Castillo de la Glorieta, una ecléctica edificación que combina varios estilos arquitectónicos, de renacentista a bizantino.
En cuestión de museos también hay mucho que ver. Algunas opciones son La Casa de la Libertad, que albergó a grandes personajes revolucionarios, el Museo de La Recoleta, un balanceado conjunto de edificios, patios y jardines, o el Museo de Arte Indígena, la entrada al mundo estético de un tiempo más remoto. Y, aunque no es formalmente un museo, un tour guiado en el Cementerio General de Sucre es una extraordinaria alternativa para conocer más de la historia de la ciudad y de sus protagonistas.
Fuera de la ciudad , a 65 kilómetros, está el poblado quechua de Tarabuco, muy popular por su trabajo textil y su mercado de domingo, una exhibición de las costumbres, gustos y tradiciones de sus pobladores . Si visitas el poblado en marzo, podrás ser parte del festival “Pujillay” es una de las demostraciones folclóricas de la cultura quechua-yampara más importantes de la región.
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