Cómo ordenar un vino en París
Nos encontramos de visita en un nuevo destino, donde un buen vino es típico, y además es un lugar en el extranjero. Tras sentarnos a la mesa de un buen restaurante, ordenar un vino puede parecer una tarea fácil, pero debemos tener en cuenta ciertos matices a la hora de encontrar el vino adecuado interactuando con elsommelier. Nos vamos de viaje a Francia, la cuna del buen vino, concretamente a París, donde nos pondremos en la típica situación de ordenar un vino.
Le bon choix
O una buena elección, ahí reside el fin de este artículo. Nos encontramos en París, la ciudad del amor, las boinas y el vino. Y es que es en esta ciudad donde se concentran la mayoría de buenos vinos del país galo, desde un blanco afrutado como el mítico Chardonnay hasta el mejor amigo del estofado boeuf bourguignon, el Bourgogne (vino de Borgoña).
TADEUSZ WEJKSZO/ISTOCK/THINKSTOCK
Entramos en un restaurante, sin tener en cuenta la categoría (salvo excepciones), ya que el arte de la buena mesa y el vino apropiado se expande a lo largo y ancho de todo la ciudad, siempre que elijamos un restaurante francés obviamente. Debemos elegir, ante todo, la comida en primer lugar. Una vez hayamos seleccionado nuestros platos elegiremos el vino que mejor le acompañe.
Los vinos en Francia se dividen en rouge (rojo o tinto), blanc (blanco) y rosé (rosado), sin contar el icónicochampagne. Si nuestro plato es carne roja, lo mejor será acompañarlo de un vin rouge, mientras que el rosé hace las delicias del aperitivo y el blanco los pescados.
Nuestro sommelier
El llamado sommelier se encarga siempre de la cata, servicio y ayuda a la hora de elegir el mejor vino. Extremedamente atentos y refinados (características muy comunes en cualquier parisino), el sommelier aceptará nuestra demanda pero al mismo tiempo podrá ayudarnos a elegir.
DMYTRO PANCHENKO/ISTOCK/THINKSTOCK
La carte de vin significa carta de vino, y siempre lo acompañaremos de s’il vous plait (por favor) para seguir el ritual. Al tener la carta en nuestras manos, podemos preguntar por las características de cada vino con adjetivos como fort (fuerte), doux (suave), plus ou moins fruité (más o menos afrutado), de modo que lleguemos a encontrar el vino apropiado. En caso de aceptar sugerencias, nada mejor que decir ¿Qu’est-ce vous proposez? (¿Qué proponéis?). Si ya habéis elegido vuestro vino, podemos indicarle el nombre o señalar en la carta diciendo Celui-ci (este de aquí). Y finalizar con merci (gracias)
No olvidéis una propina para el sommelier, ya que además de la mentalidad francesa en torno a los pourboires (propinas), aquellos que sirven el vino suelen llevárselas tras su indispensable servicio.
Más allá de París
No sólo de París vivimos los amantes del vino, y una buena prueba ello son las diferentes regiones francesas en las que podemos disfrutar un buen vino de forma más natural y exclusiva, en un ambiente de campaña, donde el vino viaja viaja directamente de los cultivos a tu mesa. Desde los delicados vinos rosados de la región del Loira (donde también destaca su Ruta de los Castillos) hasta la región deBurdeos, donde destacada su magnífico tinto.
Más allá de Francia, y aún en Europa, España ofrece deliciosas rutas vinícolas como la de la Rioja mientras Italia posee la región vinícola de Puglia y su famoso caldo de dioses procedente de la uva Negroamaro. Y es que los aires del Mediterráneo siempre influencian los viñedos para producir los mejores vinos. Algo que también saben muy bien en Líbano, algo más exótico y lejano, pero donde sus ideales temperaturas han condicionado un vino seco y delicioso en tierras árabes.
AMANDINE45/ISTOCK/THINKSTOCK
La emergente Sudáfrica y sus viñedos de Stellenbosch permite además estancias puramente vinícolas, visitando los cultivos y saltando de pueblo en pueblo para degustar los sabores del fin del mundo. Por no hablar de las delicias de Napa Valley en California.
El amplio mundo del vino se ha convertido en un reclamo turístico sin precedentes, teniendo en Francia su principal corazón. Un lugar donde elegir un buen vino no es juego de niños, sino una tarea encaminada a encontrar el sabor apropiado, sin dejar escapar los productos típicos e incluso descubrir propuestas que cambiaran nuestro sentido de concebir la bebida en una buena mesa para siempre.
vía: nuestrorumbo
