Travel Report » Entradas » Diez cárceles que merecen ser visitadas
May 20, 2015 Jesús Alonso ¿A DÓNDE VAS?, INTERNACIONAL 0
Oficialmente el Palacio Real y Fortaleza de su Majestad, es un castillo histórico situado en la Ribera Norte del Río Támesis en Londres, Inglaterra. La Torre Blanca, que da nombre al castillo entero, fue construido en 1078, convirtiéndose en símbolo de la opresión en Londres por parte de la nueva élite gobernante. Desde 1100, el castillo fue usado como cárcel, aunque no era este el propósito primario. Entre los presos que pasaron por esta cárcel están Tomás Moro, el rey Enrique VI, Ana Bolena y Hess Rudolph. Hoy en día es una de las atracciones turísticas más famosas del país y fue declarada en 1988 como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Prisión situada en Inchicore, Dublín. Esta cárcel inaugurada en el año 1796, y cerrada en 1924, es hoy en día un museo, y ha jugado un importante papel en la historia de la nación pues varios líderes de las revueltas de independencia de Irlanda fueron confinados y recluidos aquí. En esta cárcel no había separación por género ni por edad, por lo que hombres, mujeres y niños convivían en las mismas zonas.
La visita comienza en la capilla de la cárcel, posteriormente se visitan las celdas donde estuvieron confinados los participantes de la revuelta de 1916 y se visita también el vestíbulo principal, la visita concluye en el patio donde fueron ajusticiados los miembros de la revuelta de 1916.
El castillo de If es una fortificación francesa edificada entre 1527 y 1529 en una pequeña isla, en la bahía de Marsella. Aunque desde 1521 la isla ya acogía a un prisionero, hubo que esperar hasta el siglo XVII para que la isla se convirtiese en una prisión estatal. Los muros del castillo se encuentran recubiertos de graffitis y todo tipo de inscripciones de los antiguos internos del mismo. Lo que hace interesante a esta prisión son las leyendas en su nombre y la mundialmente famosa novela de Alejandro Dumas el Conde de Montecristo.
La prisión fue construida por los franceses durante la época colonial y más tarde utilizada durante la guerra de Vietnam para encarcelar a los pilotos americanos capturados por las fuerzas vietnamitas; uno de ellos fue el ex-candidato a la presidencia de Estados Unidos, John McCain. A mediados de 1990 la cárcel fue parcialmente demolida y en su lugar hay una torre de departamentos y un complejo comercial, sólo una pequeña parte de la cárcel sobrevive como museo que guarda imágenes y elementos de tortura utilizados en aquella época.
También conocida como prisión Estatal de Cherry Hill, es una cárcel ubicada en Pensilvania, Estados Unidos. Esta cárcel diseñada con corredores radiales, patios y un muro exterior con entrada de estilo gótico que data del siglo XIX. Fue la primer “penitenciaria” ya que fue diseñada específicamente para transmitir penitencia y arrepentimiento a todos los presos. En el recorrido se puede acceder a 13 terroríficas celdas. Según cuentan quienes la han visitado, la prisión está embrujada, se pueden escuchar voces y ver espectros. Si te animas a visitarla, debes saber que puedes realizar un paseo por el corredor de la muerte y la celda de Al Capone.
Además del recorrido también puedes disfrutar de la prisión en conferencias, recorridos fotográficos, con tu mascota o hasta en una fiesta con antifaces y DJ por la noche.
Ubicada en la ciudad de Argentina, el penal de Ushuaia funcionó entre 1904 y 1947, alcanzó a tener cinco pabellones principales, alojando a más de 540 presidiarios; carecía de muro de circunvalación, estando éste suplido por un alambrado. Cuando la población del penal excedía su capacidad, las caballerizas se transformaban en improvisadas celdas comunes, alojando cada una unos 40 o 50 reclusos. Sin embargo desde 1996, la dureza del encierro se transformó en cultura, pues ahora este inmueble alberga el museo de Arte Marino Ushuaia, primer recinto de arte en Tierra del Fuego y que se complementa con la oferta del Tren del Fin del Mundo, el cual realiza el recorrido que hacían los presos durante sus jornadas.
Esta prisión del siglo XIX de Holanda se ha convertido en un hotel boutique en el cual los huéspedes duermen en lo que alguna vez fueron las celdas. La cárcel estuvo en uso durante 150 años y cerró sus puertas en 2007. Hasta ahora un total de 150 celdas han sido convertidas en 40 habitaciones y suites lujosas que salen al lounge minimalista que antes era el vestíbulo de la prisión. Aunque todas las habitaciones cuentan con mobiliario nuevo y perfectos acabados aún se conservan las puertas de cada celda como un recuerdo histórico.
La etapa más obscura de este inmueble ocurrió hace apenas dos décadas cuando aún operaba como cárcel estatal. Sin embargo, este edificio de 150 años de edad, cumplió con las características necesarias para ser renovado. Se respetó su arquitectura original y hoy día alberga la obra del artista zacatecano Manuel Felguerez. Nada mejor que sus altos techos y corredores caprichosos para introducir a los visitantes a un viaje por la obra del autor.
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