Travel Report » Entradas » Fredericksburg, Texas: De schnitzels y cervezas, a vinos y sombreros
Jul 18, 2016 Jesús Alonso ¿A DÓNDE VAS?, INTERNACIONAL 0
En el corazón del Texas Hill County, muy cerca de San Antonio, hay un pequeño pueblo con todo el encanto de Alemania y todo el estilo cowboy sureño. Fundado por inmigrantes alemanes hace más de 160 años, en pleno territorio Comanche, esta pequeña comunidad tuvo inicios complicados, pero eventualmente prosperó hasta convertirse en la curiosa joyita texana que es hoy.
Llena de cervecerías locales; tiendas de curiosidades, antigüedades y dulces; restaurantes alemanes; boutiques de ropa y accesorios; y encantadores Bed & Breakfast, Fredericksburg es una muy buena opción para tomarte un break del caos urbano. Y es que a pesar de ser chiquito, este pueblo tiene bastante que hacer, especialmente si te gusta comer, beber, comprar y aprender.
Nuestra visita comienza en el Centro de Visitantes de Fredericksburg, un espacio dedicado a informar al público acerca de los atractivos del pueblo y sus alrededores. Te recomendamos ver el breve video de bienvenida, para darte una idea de su historia, orígenes y puntos de interés. Tienen disponibles, además, una sorprendente cantidad de folletos y revistas acerca de la región que te pueden servir para tu viaje.
De aquí, caminamos cinco minutos hasta llegar a la Fredericksburg Brewing Company, en la calle principal del pueblo, la cervecería preferida de los locales. Desde que cruzas la puerta, su decoración te transporta a un pueblecillo bávaro, con sus enormes tanques de cobre, sus coloridas banderas colgando del techo y sus acogedores muebles de madera.
Tras probar sus icónicos pretzels, pasamos a la sala de catas, para hacer tiempo en lo que está lista la comida. Ahí, probamos seis cervezas locales, que van desde una lager refrescante y ligera hasta una de estilo inglés, con sabor a chocolate y café expreso. De ahí, volvemos al restaurante para disfrutar de sus platillos, tanto de influencia alemana como tejana, como salchichas, crema de queso en un plato de pan, costillas gratinadas, y pescado rebozado a la cerveza.
Para bajar la comida, continuamos nuestra visita con un paseo por sus calles y, por supuesto, por sus más de 150 tiendas. Las hay de todo tipo y para todo bolsillo, con opciones que van desde tiendas de antigüedades y moda vintage, hasta aquellas dedicadas exclusivamente a las palomitas de maíz, los duraznos locales o los productos amish.
Y así como esta región se distingue por sus duraznos, hay otra fruta que lentamente ha tomado gran importancia y le ha dado fama a Texas: la uva. Por más sorprendente que suene, este estado norteamericano tiene un área vinícola bastante reconocida, y que aunque en producción no es comparable a California, no le pide nada en calidad.
Para explorarla, y por supuesto, probarla, visitamos los viñedos Grape Creek, a unos quince minutos en coche. Allí, tomamos un recorrido para aprender los procesos de producción del vino, vemos las vids, los tanques de fermentación y las salas de barricas, donde comprobamos cómo el tipo de madera de la barrica afecta el sabor del vino. Luego, hacemos una cata de seis tipos de vino con el consejo experto de un sommelier.
Pero el día no termina aquí, porque aún nos queda una visita más: La bodega 4.0, que cuenta con una amplia selección de vinos locales. Elegimos la experiencia de vino y queso, para aprender a combinar sus sabores y texturas. Es, realmente, una vivencia obligada para los amantes del buen comer.
Aunque nosotros terminamos nuestra aventura aquí, Fredericksburg tiene mucho más que hacer, como pasear por sus campos de flores silvestres, visitar sus museos, volver en el tiempo en sus experiencias interactivas, y disfrutar de su naturaleza.
Así que, en tu próxima visita a San Antonio, no dejes de escaparte a este pequeño pueblo con herencia alemana y hospitalidad texana.
Feb 19, 2017 0
Feb 11, 2017 0
Feb 11, 2017 0
Ene 23, 2017 0
Sep 22, 2017 0
Sep 18, 2017 0
Sep 13, 2017 0
Sep 08, 2017 0