Travel Report » Entradas » Descubriendo Mostar, la joya de Bosnia-Herzegovina
Ene 24, 2016 Jesús Alonso ¿A DÓNDE VAS?, INTERNACIONAL 0
Al sur del maravilloso país de Bosnia-Herzegovina se encuentra Mostar, una ciudad de imponente belleza, gran valor histórico, interesante diversidad étnica y gran historia presente en cada rincón. Aquí te dejamos las 5 visitas imperdibles para gozar de esta fascinante población.
El puente Stari Most es uno de los monumentos más importantes de la antigua Yugoslavia y el emblema de la ciudad de Mostar. Se eleva 21 metros sobre el peculiar río Neretva, famoso por sus aguas esmeralda, y es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 2005. El puente construido en el siglo XVI se considera el símbolo de la época otomana de la región. Fue destruido durante la Guerra de Bosnia y reconstruido en 2004. Es costumbre que los locales se arrojen al río desde el puente, así que intenta ver el espectáculo.
El área alrededor del Stari Most posee una mezcla arquitectónica fascinante, con estructuras mediterráneas y europeas, y especialmente, de estilo otomano. Es una muestra extraordinaria del resultado de la combinación de culturas, etnias y religiones.
La antigua ciudad está salpicada de casas de culto de varias religiones, provenientes de los diversos grupos que allí han habitado. Creyente o no, vale la pena admirar su arquitectura y elementos estéticos. Resaltan la iglesia Franciscana de estilo italiano, la casa otomana Muslibegović (que también es hotel), la Casa Dalmacia de Corovic y la iglesia ortodoxa que fue construido como regalo del Sultán, así como las mezquitas Koshi Mehmed Pasha y la Karadjoz-Bety.
A 40 kilómetros de la Mostar se encuentra un lugar inesperado: las cascadas de Kravice, una maravilla natural realmente en medio del bosque. Esta serie de caídas de agua de aproximadamente 25 metros crean un lago ideal para bañarse. Es una opción popular entre los locales para disfrutar del verano, con su área para nadar y un espacio para acampar. El mejor momento para visitarlo es durante la primavera, cuando la vegetación toma una hermosa tonalidad verde. Muy cerca de las cascadas se encuentran una pequeña gruta con estalactitas, un viejo molino, y durante la temporada alta, una serie de sencillos restaurantes que ofrecen especialidades locales.
A 12 km de Mostar, en la ribera del Buna, se encuentra el enclave de Blagaj, hogar de un precioso monasterio Dervish (una rama del Islam). Construido en el siglo XVI por orden un sultán otomano, es uno de los recintos más místicos de la región y está abierto todo el año. No dejes de disfrutar de un café turco en su jardín con vista al río.
El cementerio partisano fue construido en 1965 en honor de los soldados caídos en la Segunda Guerra Mundial. Además de cumplir como lugar de reposo eterno, posee interesantes elementos estéticos, arquitectónicos y paisajistas. Es un monumento único, que habla de la trágica historia violenta del país, y que lamentablemente está bastante abandonado.
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