Travel Report » Entradas » El ABC de Cadaqués, la tierra de Salvador Dalí
Dic 12, 2015 Jesús Alonso ¿A DÓNDE VAS?, INTERNACIONAL 0
En febrero los primeros calores de la primavera se apoderan del pueblo, los vientos del mediterráneo y la brisa salina acarician los rostros incrédulos de quienes contemplaban, por vez primera, las construcciones blancas que contrastaban con el azul profundo del mar.
Ubicado en pleno corazón de Cabo de Creus, el pueblo conserva su fisionomía rural dibujada por molinos, bosques de árboles añosos y campos cubiertos por olivos alineados junto a los senderos.
Cadaqués está enmarcada por un insólito paisaje natural que configuran las sierras que surcan la comarca del Alt Empordà hasta caer en forma de acantilados sobre el mar. Ahí, cruzando las montañas que bordean el mediterráneo, en la bahía de Portl Ligat está la casa donde vivió Salvador Dalí con su musa Gala, hoy convertida en museo. Para visitarlo hay que hacer reservación, sobre todo en el verano, cuando más visitantes llegan a Cadaqués.
Cada mañana, los primeros rayos del amanecer entraban por la ventana del genio y se posaban sobre su cara antes que en cualquier otro lugar del pueblo, por eso era el rincón preferido de Dalí. Al llegar a la casa, un oso disecado recibe a los viajeros, en algún punto, el espacio se retuerce en una sucesión de pasillos estrechos y pasillos sin salida, tal como en un laberinto.
La casa está dividida en tres: las habitaciones, donde transcurría la intimidad del genio y su musa; el taller y los espacios exteriores. En el taller donde Dalí pasaba largas horas frente a su lienzo, todavía se conservan los caballetes, pinceles y otros artilugios que utilizaba para crear. La Habitación de los Modelos tiene un pequeño busto de yeso que representa al emperador Nerón que sirvió de inspiración para la creación de su cuadro “Desmaterialización de la nariz de Nerón (1947)”.
La Sala Oval era el rincón preferido de Gala, ahí leía y recibía a visitas distinguidas. Para llegar a ella hay que atravesar la habitación de las fotografías, un vestidor con los armarios repletos de fotos y recortes de revistas, donde Los amantes aparecen en compañía de todo tipo de personajes. El patio es un laberinto con dos jardineras en forma de taza y una reproducción del Ilisos y de Fidias, creada para el Partenón de la Acrópolis de Atenas, también hay una piscina rodeada de sofás en forma de labios, reproducciones de Bibendum, surtidores en forma de cisne entre otros objetos que forman parte del mundo surrealista salido de la mente de Dalí.
Cadaqués fue un pueblo pesquero que permaneció alejado de la civilización y las grandes horas de visitantes durante mucho tiempo y, aunque son muchos los que quieren conocer su belleza y la casa del genio del surrealismo, aún conserva su aire provinciano.
Al salir de la casa museo de Dalí se aprecia un Cadaqués solitario, de calles estrechas, laberínticas y muros de piedra repletos de historia. En cada rincón, la luz del sol difumina las sombras sin piedad hasta dejar un cielo raso y brillante.
Al fondo de la bahía se eleva el angosto entramado de callejuelas empedradas y casas blancas que configuran su casco antiguo, de aire mediterráneo y sabor marinero. Hay que visitar la iglesia de Santa María, construida en el siglo XVII. Está en el centro del pueblo, en el punto más alto y la rodean las callejuelas que dan a la comunidad su especial encanto. Cada año, la iglesia, es sede del Festival Internacional de Música de Cadaqués, que ofrece conciertos de música clásica y barroca.
Durante las primeras décadas del siglo XX, la localidad se convirtió en un importante foco cultural europeo. Numerosos artistas vanguardistas, entre ellos Picasso, Miró, Chagall o Klein, encontraron en este rincón, su fuente de inspiración. Marcel Duchamp también instaló, en 1958 su residencia de verano.
Fuente de inspiración de numerosos artistas, el pueblo goza hoy de una intensa vida cultural. Sus museos y galerías lo demuestran. Como el Museo Municipal de Arte, que expone la obra de artistas que mantuvieron un vínculo íntimo con el pueblo. O el Museo Perrot Moore, que exhibe las obras de artistas gráficos europeos.
Antes de dejar Cadaqués, hay que visitar el Parque Natural de los Aiguamolls de l’Emporda, una reserva ecológica y hábitat de diversas especies de aves acuáticas. El parque natural del cabo de Creus, el punto más al este de la península ibérica, en la comarca del Alto Ampurdán, provincia de Gerona. Está declarado desde el año 1998 como Parque Natural, siendo el único en España con dos zonas, la marítima y la terrestre, y considerado como el área deshabitada más grande de la costa mediterránea española. Su superficie ronda las 14.000 hectáreas, de las que 11.000 son terrestres y 3.000 marinas. El Parque Natural comienza en Bol Nou, municipio de Puerto de la Selva, y termina en la punta de Falconera, antes de Rosas. Numerosas especies protegidas de plantas y animales únicas en el mundo habitan en todo el parque. Su costa de gran valor paisajístico, con impresionantes acantilados, escondidas calas y pequeñas islas, es conocida por los submarinistas como un paraíso subacuático por su espectacular riqueza submarina. En la punta del Cabo de Creus se encuentra el mítico Faro de Creus (término municipal de Cadaqués), lugar donde se rodó la película La luz del fin del mundo y donde actualmente se encuentra un museo de Geología y una oficina de Turismo donde se facilita la información para hacer recorridos a pie en el territorio del Parque Natural.
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