Travel Report » Entradas » El imposible mapa de las rutas turísticas
Mar 14, 2015 Jesús Alonso ESPECIALES 0
Desde que viajar dejó de ser un riesgo mayúsculo para los aventureros, el turismo emergió como una actividad por todos anhelada: cada rincón del mundo ha buscado transfigurarse en un atractivo paraíso para propios y ajenos, un destino que revele a los viajeros lo mejor de sí mismo y llene su morral con recuerdos de experiencias únicas.
Pero esto no es sencillo, pues implica toda una serie de desarrollos, inversiones y transformaciones de la vida cotidiana de los potenciales destinos. Muchos retos ha enfrentado la consolidación de la industria turística en su corta vida y muchas han sido las posibles opciones para superarlos. Una de ellas son las famosas rutas turísticas, o lo que es lo mismo: viajes planificados cuyo objetivo es conocer los atractivos de una región particular.
La anterior es una definición bastante somera, pues las teorías que vertebran el turismo ofrecen muy diversas perspectivas sobre qué significa una ruta turística, cuáles son sus objetivos y cómo se diseña. Para no hacernos pelotas, comencemos dejemos claro qué no es una ruta turística:
Si no es ninguna de las anteriores, ¿qué diantres es una ruta? La ruta turística, al igual que el recorrido, el circuito y el tour, es un producto turístico. Pero a diferencia de aquellos, la ruta no tiene como eje los atractivos de un destino de manera aislada, sino que busca unificar temáticamente varios atractivos para garantizar una experiencia particular al viajero.
Dicho de otro modo: mientras los otros productos turísticos ofertan los atractivos como parte de un territorio, la ruta es una construcción particular donde los intereses de los viajeros priman sobre los patrimonios de un destino, creando relaciones temáticas entre ellos. El diseño de la ruta puede prescindir de la visita a todos los atractivos que no tengan relación con el tema y en cambio contemplar actividades o lugares que usualmente no se incluirían.
Por supuesto, para implementar una ruta turística no basta con agrupar temáticamente los atractivos, sino que deben tomarse en cuenta diversos factores para garantizar su éxito como producto. Dicho éxito depende, sobre todo, del correcto diseño y una adecuada promoción una vez implementada la ruta.
Cuatro son los elementos a considerar en el diseño de cualquier ruta turística:
¿Y ahora qué? El paso siguiente, una vez trazada la ruta, es comprobar su nivel de accesibilidad, tarea que muchos destinos omiten. Por más bella o atractiva que resulte una ruta, pocos turistas se animarán a recorrerla sin conocer: el tiempo aproximado que les llevará transitarla y los costos implicados. Esta información es básica, así es que antes de lanzar una ruta al mercado hay que probarla para optimizar los traslados, calcular el gasto promedio y analizar si la oferta de actividades es nutrida. Si resulta que sí, es momento de lanzarla.
Debido a su complejidad, una ruta puede cometer muchas metidas de pata. Van las más comunes:
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