El terrorismo mundial y el turismo
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define la palabra terrorismo como: Dominación por el terror. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror.
El terrorismo mundial está creciendo de manera alarmante, a pesar de los esfuerzos civiles y militares de los gobiernos por extirpar este problema que impacta moral y económicamente a la sociedad en general.
Un área donde impacta es en el desarrollo turístico, ha llegado a un nivel en el que, organizaciones como la OEA lo tiene como uno de los temas en su agenda permanente, e incluso se organicen seminarios para el tema de la seguridad en los hoteles y destinos turísticos.
El reciente atentado en Bruselas ha generado dudas de cómo le afectará en su actividad turística, sin embargo, todavía es pronto para saber qué nivel de impacto ha tenido el atentado. En el sector turístico Belga y del Benelux.
Bélgica no es un destino mayor, recibe aproximadamente unos siete millones de turistas internacionales al año.
La experiencia anterior, en noviembre, en Francia tuvo efectos negativos, pero para el inicio de este mes de marzo, prácticamente, habían recuperado los niveles de reservaciones de ese mismo mes en 2015.
Hasta ahora, se ha visto una sobrerreacción cuando estas situaciones ocurren en países donde ya hay condiciones adicionales de riesgo, como ocurrió en Egipto en 1997 luego de la masacre en Luxor (68 muertos de los cuales 58 eran 
turistas), pues la actividad turística se derrumbó. Y en la isla de Bali hubo 180 muertos el 12 de octubre del 2002, con efectos devastadores en el turismo, base de su economía.
En el ámbito de los negocios Bruselas es relevante por el tránsito de la burocracia europea y para los viajeros de larga distancia, difícilmente es el motivo principal de un trayecto.
Un punto importante es que, incluso, un evento terrorista previamente identificado, objeto de investigación por parte de la policía de la ciudad que aloja a las principales instituciones de la Unión Europea, no pudo ser frenado porque los atacantes estaban dispuestos a dar su vida (al igual que los kamikazes japoneses de la segunda guerra mundial que descubrieron su enorme efectividad).
Con todo eso, estar en el sitio donde se comete un ataque terrorista es tan improbable como ser atropellado por un tren bala japonés en África.
México es un mercado emisor de pocos viajeros a Europa (y menos en estas fechas por problemas de tipo de cambio), pero ninguno de los operadores y agencias de viaje consultados por su servidor han registrado cancelaciones como consecuencia de los ataques.
En Estados Unidos, un mercado emisor de gran importancia, tampoco ha tenido cancelaciones masivas y en ello influye una combinación de factores.
Primero están los importantes atractivos de Europa y el hecho de que Bélgica sea un destino secundario, además, hay confianza en sus instituciones, pero, sobre todo, hoy la relación precio-calidad se ha vuelto atractiva tras la devaluación del euro frente al dólar (situación que se vive en México).
Sin embargo surge la pregunta ¿Qué sucederá con las reservaciones futuras? Eso ya es otra historia y por diversas razones, entre ellas turísticas, un tercer ataque en el Viejo Continente Europeo sería una situación extremadamente grave. Los efectos del terrorismo los podemos sintetizar de la siguiente manera:
- Reducción del número de turistas.
- Reducción en el volumen de inversión directa extranjera.
- Incremento de los costes de reconstrucción de las instalaciones turísticas dañadas.
- Incremento de los costes en seguridad, que dificulten nuevos ataques terroristas.
- Incrementando los costes de Marketing turístico.
Sin duda alguna vale la pena hacer esfuerzos con el fin de mitigar el fenómeno del terrorismo mundial.
La reflexión es suya, hasta la próxima.
