
São Paulo es la segunda ciudad que consume más pizzas en el mundo. De acuerdo al sitio oficial de Turismo de esta ciudad, se consumen alrededor de 720 pizzas por minuto y más de un millón al día. Esta cifra es sólo superada por Nueva York.
Estas dos importantes ciudades tienen en común una enorme colonia italiana, que se estableció en el siglo 19, cuando multitudes de inmigrantes del Viejo Continente comenzaron a mudarse a los grandes centros urbanos de Brasil yEstados Unidos. El resultado ha sido que São Paulo y Nueva York, junto con Nápoles, enItalia; sean consideradas como las capitales mundiales de la pizza.
Lo que los inmigrantes italianos trajeron a América fue una comida que probablemente tiene más de 6000 años de historia, pero que sólo ganó la forma actual en 1889, cuando un cocinero de la ciudad de Nápoles, llamado Raffaele Esposito creó un plato en honor a la reina de Italia:Margarita de Saboya.
Cuenta la historia que sobre una masa redonda, puso tres ingredientes con los mismos colores de la bandera del país: albahaca verde, blanco mozzarella y tomates rojos. Así nació la margherita, que se ha convertido en el gran modelo de la pizza moderna.
Hoy en día, la Asociación de la Verdadera Pizza Napolitana tiene criterios para la clasificación de los establecimientos de todo el mundo que siguen el tipo de preparación creada en la ciudad italiana. Los ingredientes, tamaño, hora y tipo deben cumplir con un horno estándar. Hay 500 pizzerías en todo el planeta con el sello de aprobación de la asociación, y algunos de éstos se encuentran en São Paulo.
Es muy difícil que el visitante encuentre un lugar en que sirva una pizza de mal sabor en São Paulo. Todo lo contrario, casi en todos los restaurantes se sirven preparaciones de muy buena calidad, y prácticamente, una pizza de gran sabor se encuentra en todas partes.
La mayoría de las panaderías y restaurantes en la metrópoli sirven los sabores más tradicionales como la de pepperoni con trozos de mozzarella. Una gran elección para aquellos que tienen prisa y no quiere correr riesgos.
Si buscas, algo más clásico, sentado en una larga mesa rodeado de camareros con experiencia, hay que ir a los barrios italianos como Mooca, Brás y Bixiga. Las entradas con pan italiano, valen la pena, por no hablar de la música en vivo con canciones italianas, por supuesto.
vía: terra