Travel Report » Entradas » Escapada de fin de semana a la bella ciudad de Venecia
Ene 28, 2016 Jesús Alonso ¿A DÓNDE VAS?, INTERNACIONAL 0
Venecia es una de las ciudades más románticas del mundo, así que bien vale la pena escaparse para vivir una experiencia romántica en por sus calles, sus canales y sus museos.
Estas son algunas de las experiencias románticas que ofrecen las calles, canales y museos de Venecia, Italia.
Venecia es una de las ciudades más literarias del mundo, pero también una de las más cinéfilas, se puede optar por el glamur de Hollywood y llegar en tren, como Katharine Hepburn en Locuras de verano, o hacerlo por aire: al salir del aeropuerto Marco Polo, es cuestión de abordar el Alilaguna, el ferry que cruza la laguna y regala vistas sorprendentes de los campanarios recortados en el horizonte.
Hay que subir a un vaporetto de la línea 1 en la Ferrovia en dirección a San Marcos y, si puede, tomar asiento en la parte delantera de la barcaza, porque disfrutará del placer de deslizarse por la historia. Estamos en el Gran Canal, la principal arteria de la ciudad, que dibuja un enorme 2 (o una gran S invertida) a lo largo de casi cuatro kilómetros. A este espejo se asoman alrededor de medio centenar de palacios que enseñan sus mejores galas sobre fachadas góticas, barrocas, renacentistas y neoclásicas.
Durante el largo trayecto, el inconfundible autobús acuático pasa bajo tres de los cuatro grandes puentes que unen las dos orillas del canal: el de los Descalzos, el de Rialto y el de la Academia. El cuarto, el de la Constitución, el más moderno y polémico, fue construido por el arquitecto español Santiago Calatrava y enlaza la Piazzale Roma y la estación de tren.
Rialto es el puente más bonito y conocido de todos, y también uno de los ejes de la vida comercial veneciana. Punto de encuentro, de negocios y conspiraciones, es el lugar donde Al Pacino, en su papel del judío Shylock, recibe el escupitajo de Jeremy Irons, el aristocrático Antonio de El mercader de Venecia (2004).
El mercado de Rialto es una parada obligada. A primera hora de la mañana, los venecianos acuden a comprar pescado y marisco de la laguna, hortalizas de la isla de Sant’Erasmo y setas del Friuli. Las callejas situadas entre el puente y la Fondamenta Riva Olio, en especial el Campo de la Pescaria, acogen las multicolores paradas.
Si quieren disfrutar una noche al estilo de las celebridades la recomendación es dormir en el hotel Danieli, situado a pocos metros de la plaza de San Marcos. Dickens, Balzac, Proust y Wagner durmieron en sus habitaciones y, dicen, que aquí la escritora francesa George Sand vivió sus amores con Alfred de Musset. En todo caso, su espectacular vestíbulo y su restaurante, situado en la terraza y con una panorámica magnífica, merecen una visita.
Cuando el vaporetto llega a la altura de este hotel, tras sobrepasar la dársena del Palacio Ducal, pueden descender de la góndola. Al otro lado de la Piazzeta, después de pasar entre las columnas del León y San Teodoro, se llega a la famosa plaza de San Marcos para admirar la Torre del Reloj y sus autómatas, la fachada bizantina de la Basílica y la Porta della Carta, la entrada principal del Palacio Ducal.
Después de haber dedicado todo un día a la Venecia esencial (Rialto, Gran Canal y plaza San Marcos), hay que descubrir la otra Venecia, la de las placitas con iglesias y los palacios medio escondidos y asomados a canales angostos. El sestiere del Castello, quizá el barrio de sabor más auténtico, se halla un par de paradas de vaporetto más adelante de la Piazzetta.
Hay que adentrarse en el barrio y seguir la Via Giuseppe Garibaldi, después de cruzar el puente para llegar a una taberna tradicional. Luego sigan por la Fondamenta Santa Anna y cruzar el puente de madera de Quintavalle para admirar la bonita y poco conocida Basílica de San Pietro di Castello.
El segundo día en Venecia recomiendo empezar frente a la Basílica de Santa Maria della Salute, a la entrada del Gran Canal. A finales de noviembre, precisamente durante la fiesta dedicada a la Virgen de la Salud, se instala un puente provisional para permitir un acceso más directo a la iglesia, dado que el de la Accademia queda algo lejos.
Justo al lado, la Punta della Dogana di Mare regala una increíble vista de la salida del Gran Canal, con la torre del Campanile y el Palacio Ducal emergiendo a la izquierda, y la Basílica de San Giorgio Maggiore al otro lado del amplio canal que separa Venecia de la isla de la Giudecca. Durante la Bienal de Arte –de mayo a finales de noviembre–, algún año en la Punta se han instalado obras, como la escultura del niño que coge una rana de Charles Ray, en 2013.
El museo que alberga la Colección Peggy Guggenheim, imprescindible para los amantes del arte moderno, está a pocos pasos de ahí. En su terraza, Woody Allen filmó escenas de Todos dicen I love you (1996). Enamorado de la ciudad, el famoso director neoyorquino se casó en el Palazzo Cavalli, un edificio próximo a Rialto donde se celebran las bodas civiles de la ciudad.
Paseando cerca del Gran Canal por el mismo barrio de Dorsoduro, llegaremos al Campo de San Vio. Esta amplia plaza sirvió como decorado de la terraza de la ficticia Pensione Fiorini, donde se alojaba Katharine Hepburn en Locuras de verano; un poquito más adelante, en el Campo de San Barnaba, la actriz se caía a las aguas del canal mientras hacía una fotografía.
En esta misma plaza, en la película Indiana Jones y la última cruzada, Harrison Ford penetraba en la iglesia de San Barnaba en busca de pistas para localizar a su padre (Sean Connery) desaparecido. Unos minutos después salía a través de una alcantarilla situada en medio de la plaza ante la atónita mirada de los turistas. El templo, erigido hacia el siglo VIII, reconstruido en el XVIII y hoy desconsagrado, acoge una exposición permanente de Leonardo da Vinci.
Los callejones que desembocan en el Gran Canal conducen hasta uno de los palacios venecianos más bonitos, Ca’ Rezzonico, que alberga un museo de arte del siglo XVIII. En la orilla opuesta se alza el edificio de mármol blanco del palacio Grassi, el Museo de Arte Contemporáneo de la ciudad, que ocupa una parte del Campo San Samuele. Un tercer palacio imprescindible se halla en esta misma plaza: el de Malipiero, en cuyas salas Giacomo Casanova sedujo a decenas de damas.
De nuevo rumbo a Rialto, cruzamos plazas tan encantadoras como Santa Margherita, San Pantalon y San Tomà hasta salir al Campo San Polo. Este es el corazón del barrio donde vive el comisario Guido Brunetti, el personaje creado por la estadounidense Donna Leon, que reside en Venecia desde hace décadas. Cada mañana el policía sale de su casa y se dirige hasta el puente de Rialto, su lugar preferido para hacer un alto al mediodía y tomarse una copita de vino blanco acompañada de una tapa en algún bar o restaurante de la zona.
Estamos a pocas travesías del bonito barrio de Cannaregio, fragmentado por tres canales paralelos y lleno de rincones sugerentes. La plaza del Ghetto judío, la Fondamenta della Misericordia y el Campo de l’Abazia son mis preferidos, aunque muchos venecianos sugerirían seguir la calle de la Corte Vecchia hasta la iglesia de la Madonna dell’Orto, que aparece bellamente retratada en la película Retorno a Brideshead (2008), basada en la novela de Evelyn Waugh de 1945. Un final de película para este paseo por la Venecia más literaria y cinematográfica.
Ago 31, 2015 0
Feb 18, 2014 0
Nov 20, 2013 0
Nov 14, 2013 0
Sep 22, 2017 0
Sep 18, 2017 0
Sep 13, 2017 0
Sep 08, 2017 0