Travel Report » Entradas » Gengenbach el escenario de los cuentos de hadas en Alemania
Abr 08, 2014 Jesús Alonso ¿A DÓNDE VAS?, INTERNACIONAL 0
Afirmar que Gengenbach es el pueblo más bonito de Alemania es quizás pecar de insensatez por mi parte (evidentemente no los conozco todos) pero después de haber pasado por el en nuestro viaje a la selva negra, tengo que decir que lo que es seguro es que estaría en algún “top ten de pueblos de cuento” si lo hubiera.
Después de nuestra visita a Baden Baden, la ciudad balneario, teníamos marcado en nuestro itinerario visitar esta villa medieval de la que todo el mundo habla maravillas por su belleza típica de pueblo del sur de Alemania. Habíamos leido que mucha gente que ha visitado la región de la Selva Negra cuenta que dos de las localidades más bonitas que se pueden visitar por la zona son Stiltach y Gengenbach así que al menos una de ellas quisimos conocer y aunque el día estaba nublado y gris, comprobamos como porqué este coqueto pueblo presume de ser uno de los más encantadores de la región.
Donde está Gengenbach es una pequeña localidad de alrededor de 11.000 habitantes situada en el borde de las Selva Negra, distrito de Ortenau, en Baden Wurtemberg. Está ubicada a mitad de camino en Friburgo y Karlsruhe, dos de las localidades más importantes de la región, y muy cerca de la autopista A5 e incluso de la francesa Estrasburgo, por lo que llegar en coche a ella es muy sencillo.
Porque entrar en Gengenbach es como entrar en un cuento. Un cuento de hadas o de los hermanos Grimm donde sus casas con entramados de madera, sus murallas o sus callejones adoquinados y repletos de flores te devuelven a la infancia y a esos cuentos infantiles con los que todos hemos crecido. Podía haber aparecido de repente Bella, Rapunzel o un flautista despistado pero no apareció ningún personaje animado aunque creo que por aquí tuvo que pasar el dibujante que se inspiró en los cuentos de Walt Disney. O al menos vio este pueblo en fotos.
¿Qué ver/ hacer en Gengebach? Creo que lo mejor que se puede hacer aquí es pasear, callejear por las calles del cuidado casco histórico y disfrutar de su tranquilo ambiente. Su magnífica puerta de entrada ya nos da una idea que lo que vamos a ver en el interior de esta villa, impecablemente cuidada. Todo el pequeño centro histórico está en perfectas condiciones de revista. Y cuando digo esto no exagero un ápice. Todo está en donde debe estar para que el visitante se frote bien los ojos: casas con fachadas impecables y los típicos entramados de madera en perfecto estado, encantadoras casitas, coloridas plantas en los balcones, limpieza absoluta, una muralla muy bien conservada, cuidados parques. Tranquilidad total que hacen de este pueblo un lugar bucólico y poético. Gengenbach parece el pueblo perfecto para un cuento.
En la plaza principal encontramos el Rathaus o ayuntamiento del siglo XVIII, que tiene una característica muy peculiar ya que su fachada es un calendario de adviento, el más grande del mundo. Las 24 ventanas de la misma se van abriendo día a día a medida que se acerca el día de Nochebuena por lo que podéis imaginar el ambiente navideño que se respira por aquí, mercadillo incluido.
La belleza de la que hace gala Gengenbach le ha valido para que se rueden en él algunas películas como los exteriores de ” Charlie y la fábrica de chocolate” de Tim Burton.
En la plaza vemos algún restaurante y bastantes tiendas de recuerdos pero casi todas están ya cerradas ( aquí a las 18 tocan cierre) así que empezamos a callejear. Vemos una casa preciosa y una pequeña calle a su izquierda y decidimos ir hacia allí. Son las calles Höllengasse y Engelgasse, las más bonitas de la ciudad y lo que vemos nos encanta y no se nos olvidará en la vida. Las calles están empedrada, como todo el casco antiguo, y las casitas de madera y las flores hacen el resto para esta seas una calle sacada de cuento y de las más bonitas que he visto en mi vida. Ignoro cuanto tiempo tendrán estas casas porque están muy bien conservadas pero imagino que bastantes años. Lo que si está claro es que esta ciudad se conserva a las mil maravillas y está como hace cientos de años.
Paseando también encontramos una abadía, varias iglesias escondidas entre el entramado de calles y casas o los restos de la muralla que rodeaba villa en la antigüedad, donde destaca la torre Kinzing. Todo con una aire encantador difícil de igualar. Y si vais con tiempo ( nosotros no tuvimos la suerte de verlos) y sois amantes de los museos, encontraréis aquí algunos como el del Carnaval, el militar y el museo de minerales. En fín, que aunque la visita puede durar un par de horas podemos alargarla sin problemas.
Gengenbach ha servido de inspiración a artistas de todo tipo: escritores, pintores, poetas….y no es de extrañar viendo la belleza y tranquilidad que se respira
Después del callejeo, decidimos bordear la muralla que transcurre junto a un bonito riachuelo hasta llegar a un precioso parque con zona infantil incluida. Nuestra perdición y la bendición para nuestros hijos, que no hubo manera de sacarlos de allí. Después de un rato de juegos emprendemos camino de regreso con una de las mejores imágenes del viaje en nuestra retina: la magníficamente cuidada y encantadora Gengenbach, una ciudad de cuento que no podéis dejar de ver en vuestra visita a la Selva Negra.
Foto/Vía: http:// www.myguiadeviajes.com /2014/ 03 /gengenbach -un -pueblo -de -cuento -al -sur -de – alemania/
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