La Alameda de Diego Rivera
Cada ciudad tiene lugares únicos e icónicos, que desde hace generaciones son, al mismo tiempo, parte del imaginario popular y espacio de esparcimiento dominguero de sus habitantes. En el caso de nuestra querida CDMX, la Alameda Central es uno de sus paseos más emblemáticos, y sus viejos árboles testigos del paso de grandes personajes. Su encanto tan peculiar ha inspirado a muchos artistas nacionales e internacionales, entre ellos Diego Rivera.
En 1947, el arquitecto Carlos Obregón le pidió a Diego pintar un mural para el comedor del refinado Hotel del Prado, en esos tiempos localizado en Avenida Juárez, y este eligió el colorido universo de la Alameda como inspiración.
El artista guanajuatense creía fervientemente que todos los ciudadanos deberían poder acceder al arte, sin importar su nivel educativo o social. Los murales, pensaba, eran el mejor modo de comunicar un mensaje, por su tamaño, claridad y ubicación en espacios públicos.
El enorme mural de 74 metros cuadrados y 35 toneladas contiene escenas tan oníricas como cotidianas del día a día del paseo, así como un Diego Rivera infantil rodeado por alrededor de 150 personajes provenientes de cuatro siglos de historia.
La obra está dividida en tres secciones. En la primera se representan la Colonia y la Conquista; la Independencia y las intervenciones extranjeras; y la Reforma y el Segundo Imperio, con figuras como sor Juana Inés de la Cruz, Benito Juárez y Maximiliano de Habsburgo.
La segunda sección abarca tiempos más modernos, con diversos escritores y políticos. Allí aparece el mismo Diego Rivera, representado como un niño dándole la mano a una catrina ataviada con una estola de plumas que alude a Quetzalcóatl, y con Frida Kahlo a su izquierda y Guadalupe Posada a su derecha.
La tercera sección ilustra la Revolución Mexicana a través de movimientos campesinos, con personajes como Porfirio Díaz, Madero y Emiliano Zapata. Diego Rivera aparece una vez más, como un niño comiendo una torta.
Debido a los daños que sufrió el hotel durante el sismo de 1985, el mural tuvo que ser trasladado al actual Museo Mural Diego Rivera. Es la pieza central de su exhibición permanente. El recinto está en la calle de Balderas y abre de martes a domingo de 10:00 a 18:00; la entrada cuesta 30 pesos (los domingos la entrada es libre).
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