Travel Report » Entradas » Las islas privadas, un lujo de famosos y millonarios
Jul 16, 2013 Jesús Alonso INTERNACIONAL 0
Grecia, un paraíso siempre
La isla privada más famosa del mundo es sin duda la de Aristóteles Onassis, Skorpio, que adquirió en 1963. El islote, de escasas 80 hectáreas y que era propiedad hasta hace unos días de su nieta Athina Onassis. Salió a la venta en 2009 por 110 millones de euros y cuenta con tres villas y hasta una iglesia bizantina, en la que se casaron su abuelo y Jacqueline Kennedy en 1968. La venta no ha escapado a la polémica puesto que el magnate naviero, que está allí enterrado junto con parte de su clan, dejó dicho que no podía venderse tras su muerte. La joven heredera parece haber perdido sin embargo el interés sentimental por este pedazo de tierra que le cuesta millón y medio de euros al año en mantenimiento y ha acabado vendiéndolo al propietario del AS Mónaco y magnate ruso Dmitri Ribolovlev.
Y es que las 6.000 islas griegas – ¡qué duda cabe!- han sido siempre un paraíso codiciado y ahora que el Estado las ha puesto en venta para aliviar sus problemas de deuda están mucho más al alcance de algunas chequeras. Por ejemplo, de la del emir de Qatar, Hamad bin Jalifa Al Thani, que acaba de comprar en este 2013 y de una sola tacada seis islas griegas muy próximas a la de la familia Onassis, por un total de 8,5 millones de euros. La del emir qatarí es la mayor inversión privada en el país heleno desde el inicio de la crisis económica. Se trata de las paradisíacas Oxia, Provati, Pistros, Soros, Gravari y Abassa frente a las costas de Acarnania, en la entrada occidental del golfo de Corinto.
Las Bahamas, las más deseadas
Pero si de comprarse una isla se trata, Bahamas es el estado favorito de muchos multimillonarios para invertir. Uno de los que más tiempo pasa en su trocito de tierra es Johnny Depp. Emulando a Jack Sparrow, el actor pagó 3.6 millones de dólares en 2004 –justo después de rodar la cinta- por agenciarse la propiedad de un islote de un kilómetro y medio con arrecifes vírgenes, un puerto privado, una laguna y seis playas de arena inmaculada que bautizó como Little Halls Pond Cay. Aquí puede desconectar del mundanal ruido y recluirse entre rodaje y rodaje. Tanto le gusta a Deep su isla que en el acuerdo de separación matrimonial de la actriz y cantante francesa Vanessa Paradis decidió comprarle una mansión por 3,4 millones de euros en la exquisita zona de Hollywood Hills pero quedarse él el islote.
Y es que Bahamas, con sus interminables cocoteros inclinados sobre kilométricas playas de arena blanca y aguas turquesa es una imagen difícil de borrar de la retina. Nicolas Cage fue durante años vecino del protagonista de Piratas del Caribe aunque debido a sus problemas económicos, se vio obligado a vender su isla, Leaf Cay, que forma parte del archipiélago de Exuma, un conjunto de 365 islas situadas al sur de las Bahamas por 5.5 millones de euros. La compró para intentar arreglar su vida matrimonial con Patricia Arquette inspirado por el rodaje de La mandolina del capitan Corelli en 2001en la isla griega de Cephalonia. Eso sí, el protagonista de “Un ángel enamorado” pagó por ella en su día 2.5 millones de euros así que el negocio fue redondo.
También en Bahamas compró cuatro islas David Copperfield por algo más de 35 millones de euros pero lo hizo a modo de inversión. En una de ellas, Musha Cay, el mago ha montado un resort de lujo con todas las exclusividades que puedan imaginarse y vistas a playas de ensueño que se ha alquilado a vips como Oprah Winfrey o John Travolta por 300.000 euros al mes. El resto de islotes no están edificados y sirven para garantizar la privacidad.
Eddie Murphy, el rey de la comedia negra de Hollywood también invirtió unos 10 millones de euros en Bahamas para comprar la isla Rooster Cay próxima a Nassau, pero no ha trascendido si el actor la utiliza como lugar de descanso o si realizará en este terreno un hotel de lujo.
La última en sucumbir al atractivo de Bahamas ha sido la mismísima Shakira. Defensora de los más desfavorecidos y las causas más nobles en su tierra como la educación de los niños, la colombiana es también una mente empresarial y no ha dejado escapar la oportunidad de invertir junto a Roger Waters, exintegrante de Pink Floyd, en una isla en el norte de Las Bahamas por la que ha pagado 12 millones de euros. Allí se construirá un centro vacacional de lujo –aún si fecha de estreno- para veraneantes millonarios con servicios como playas privadas, edificios de lujo o exposiciones de grandes artistas. Dos de sus amigos más cercanos, Miguel Bosé y Alejandro Sanz, tendrán una residencia insular como reclamo.
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