Leyenda de Puebla: Los zapatos de la muerte
Hoy en historias de México y el mundo, te relataré esta Leyenda de Puebla en México que narra un hecho espeluznante, tanto que sentirás pasos conforme te acerques al desenlace.
Hace muchos años en las calles empedradas de San Felipe Tepemaxalco Puebla, ocurrió algo que perturbó la paz de sus pobladores. La historia comienza en la iglesia del pueblo, donde los fieles escuchaban puntualmente la liturgia dominical. Entre los asistentes, se encontraban los jóvenes Luis Pérez y Ruperto Rojas, ambos de 19 años. Los dos amigos no hacían mucho caso al sermón del sacerdote, más bien, se dedicaban a observar a la señorita María Elena Jiménez, pues ambos se encontraban interesados en la hermosa dama, pero ella había rechazado en distintas ocasiones a Ruperto.
La misa terminó y Luis un poco apenado por calzar huaraches, se acercó a María Elena y la invitó a dar un paseo durante la tarde. Ella aceptó, al enterarse Ruperto que su amigo Luis saldría con la hermosa mujer pretendida por ambos, ardió de envidia y celos. Llegado el día de la cita, Luis esperaba en medio del parque, vacío porque una tormenta se dibujaba en el cielo. Se había vestido de gala pero como era muy humilde no tenía dinero para poder comprar zapatos, entonces humildemente calzo sus huaraches, suponía que María Elena no podría acudir a la cita debido a la tormenta que caía, pero ella apareció entre la lluvia.
Le ofreció su rebozo para cubrirse y sus rostros se acercaron tanto que sellaron el encuentro con un beso. Recorrieron juntos las calles empedradas y a partir de ese momento se enamoraron y juraron no separarse. Después de un tiempo y motivado por el gran amorío que vivía con María Elena, Luis decidió ahorrar para comprarse unos zapatos y poder lucirlos en la fiesta del pueblo.
Días antes de la celebración, Ruperto visitó a Luis para pedirle que lo acompañara a realizar una gran carga de leña, prometiéndole compartir parte de la paga. Luis aceptó gustoso y a la mañana siguiente partieron al cerro. El plan de Ruperto era que los dos se quedaran toda la noche para aprovechar las horas menos fuertes de calor y así lo hicieron.
La mala jugada
Lo que Luis no sabía, era que Ruperto tenía un frasco lleno de alacranes previamente recolectados, Ruperto esperó pacientemente a que su amigo durmiera, y se los arrojó al cuello. Luis despertó asustado y pidió ayuda desesperadamente, por su parte Ruperto sólo fingió preocupación y le prometió a Luis que iría al pueblo por el doctor, pero jamás regresó.
Al otro día, el pueblo entero muy preocupado, preguntó a Ruperto por el paradero de Luis, pero él sólo contestaba con negativas. El día de la fiesta por fin llegó y Ruperto disfrutaba de los festejos cuando vio algo que le heló la sangre, era Luis. Se veía completamente normal, se acercó al traidor y agradecido por haberle enviado a tiempo al doctor le ofreció en gratitud sus zapatos nuevos para lucirlos en la fiesta, Ruperto no lograba comprender cómo había sobrevivido pero aceptó el obsequio.
La celebración terminó y Ruperto de regreso a su casa, empezó a sentir un intenso frío en los pies, su madre muy alterada le dijo que habían encontrado a su amigo Luis muerto en el cerro, pero Ruperto se sintió tan mal que no la escuchó y con dificultad se acostó, comenzó a delirar con sombras infernales como si hubiera sido picado por alacranes.
Esa misma noche le avisaron a la bella María Elena que Luis había muerto, sus padres la acompañaron al velorio y ella, al ver el cuerpo sin vida de su amado no resistió el dolor y murió junto a él.
Cuenta la leyenda que en algunas ocasiones, por la madrugada se oyen las pisadas de aquellos zapatos paseando por las calles en las que amanecen senderos de pétalos de flores silvestres, por donde alguna vez Luis camino feliz.
No se pierdan la siguiente leyenda, donde les cuento las diferentes historias y relatos de cada rincón del mundo, porque leer también es viajar.
