Travel Report » Entradas » Leyenda Guanajuato: El Callejón de la Buena Muerte
Ene 20, 2016 Jesús Alonso ¿A DÓNDE VAS?, MÉXICO 0
Hoy en historias y leyendas de México y el mundo nos vamos hasta el estado de Guanajuato, donde hace muchos años sucedió un trágico acontecimiento en los pasadizos de esta bella tierra y que hoy en día algunas personas relatan con terror.
Fue hace ya decenas de años, en uno de los más desolados callejones de la ciudad de Guanajuato se hallaba una pequeña y humilde casa donde vivía una viejecita y su nieto, los cuales sobrevivían gracias a las limosnas que recibían de las personas que se apiadaban de su desgracia. Solos ya desde hacía varios años, la mujer de 85 años se había encargado de cuidar al pequeño desde que su madre murió al darlo a luz.
La viejita constantemente sentía una gran angustia ante la idea de morir y dejar a su nieto desamparado pues no había ningún otro pariente o conocido que pudiera hacerse cargo de él. Así pasaban los días y su tristeza aumentaba y se atormentaba pensando que sería del niño cuando ella no estuviera.
Fue así que una tarde, el niño enfermó gravemente de una infección; la mujer no hacía mas que llorar y rezar, pidiéndole a Dios que no se llevará el único tesoro que tenía. Esperando que un milagro ocurriera, en un rincón de aquel oscuro y derruido cuarto, apareció una figura lúgubre, al mismo tiempo que un viento frío recorría el cuerpo de la mujer. Saliendo de las sombras, la imagen se revelaba ante ella: bajo un manto negro se escuchaba una voz que le decía:
-Soy la muerte, vengo por él
Pero la mujer suplicaba hincándose ante ella, le dijo que haría cualquier cosa con tal de conservar la vida del niño. La muerte accedió, a cambio, la mujer quedaría ciega por el resto de sus días y el niño sería su único guía en las tinieblas que la envolverían desde aquel momento.
Así fue cumplido el pacto con la muerte y Antonia, la viejecita, seguía su andar por las calles de Guanajuato, pidiendo una moneda en las esquinas de la ciudad. Después de unos meses, la mujer cayó enferma con dolores insoportables y temperaturas muy altas. La mujer, en delirios, volvía a suplicar la ayuda de la muerte pidiendo que si debía morir en ese momento, se llevará con él al niño también, así, ninguno sufriría la pérdida del otro y ambos podrían descansar en paz.
La muerte le contestó que mucha ayuda había recibido ya de su parte y que ahora ya nada podía hacer. Antonia insistía y le rogaba que ambos murieran en ese momento; la muerte despreció a Antonia por su egoísmo y la obligó a tomar una decisión aún más drástica.
Pocos días después, al ver que la viejecita no aparecía por las calles, las autoridades fueron a buscarla a su casa. Los hombres encontraron al niño muerto, yaciendo en la cama con el rostro lleno de sufrimiento y angustia. De la mujer, no supieron nada hasta semanas después, cuando una mujer reportó haberla visto rondar una lejana capilla donde con fuertes gritos y con un llanto agobiante buscaba a la muerte para que terminara con este amargo castigo.
La búsqueda fue inútil, Antonia no volvió a ser vista durante el día, sólo por las noches se escuchaba el lamento de la mujer mientras caminaba sin rumbo por la Guanajuato. Todavía hoy es posible escuchar en el Callejón de la Buena Muerte el llanto de Antonia quien busca encontrar su antiguo hogar y hallar el cuerpo de su querido nieto para darle sepultura.
Si te gustan las emociones fuertes y esta leyenda es un motivo para que te adentres en los callejones de Guanajuato, sin duda te encontrarás con muchas más razones que harán que tu visita sea toda una aventura.
No se pierdan la siguiente leyenda, donde les cuento las diferentes historias y relatos de cada rincón del mundo, porque leer también es viajar.
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