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Ago 16, 2013 Jesús Alonso travel report 0
Nueva York paraíso de las compras
En la Gran Manzana, las principales calles comerciales son la Quinta Avenida y Madison, una oportunidad para perderse entre escaparates y gentes de todo el planeta. Aquí hay de todo, para todos y se vende al mejor precio.
Nueva York es el paraíso de las rebajas, sobre todo en aparatos eléctricos, libros, discos, artículos de fotografía, perfumes y cosméticos, ropa informal y deportiva y moda de alto diseño. Hay dos grandes ‘instituciones’ que no debes perderte: los grandes almacenes y las tiendas de descuentos (Outlets y Discount Stores), que son un conjunto de pequeñas tiendas donde los fabricantes venden directamente sus productos.
Grandes o pequeñas, franquicias o negocios familiares, en las tiendas de NY se puede encontrar de todo.
Columbus Avenue es una de las calles más recomendables para comprar como compran los neoyorquinos, en su barrio y lejos de las marcas clónicas que se pueden encontrar en casi todas las ciudades del mundo. En sus mercadillos callejeros o en sus tienditas se encuentran tesoros y clásicos de la ciudad, como Betsey Johnson, de ropa entre romántica y sexy, o April Cornell, que sirve limonada con galletas y vende vestidos floreados, además de ropa de cama. Kiehl’s, la farmacia especializada en productos de belleza fundada hace 154 años y que fabrica sus propias cremas, ungüentos y champús, acaba de abrir una sucursal en esta avenida. La sede original se encuentra en el sur de Manhattan, en la Tercera Avenida del East Village, un barrio parecido al Upper West Side, aunque con un toque más hippie.
Las dos zonas comparten algunas de las tiendas más populares, entre ellas Urban Outfitters, una especie de Zara neoyorquina, es decir, con precios bajos, ropa que imita las últimas tendencias, pero más loca, abigarrada y moderna que la cadena española que, por cierto, también está presente en Manhattan, en los barrios más caros. Urban vende ropa entre rockera, romántica, sexy, alternativa y kitsch -u hortera, según los gustos-, zapatos dignos de Sarah Jessica Parker en Sexo en Nueva York, aunque cuatro veces más baratos que sus célebres Manolos, muebles y objetos de decoración muy originales –es uno de los mejores lugares para encontrar un buen regalo, sea una cortina de baño con el mapa del metro, un Bush para que juegue el perro o una lámpara setentera. Es una tienda con música demasiado alta, ropa revuelta y mucha diversión.
Posiblemente la variedad sea una de las claves que impulsa a la compra por toda la ciudad, siempre abierta. El mito de Nueva York como la ciudad que nunca duerme se cae enseguida en las noches de invierno helador, si se compara, por ejemplo, con Madrid. Sin embargo, aunque la vida nocturna es bastante más limitada de lo que anuncia el eslogan, lo cierto es que se puede comprar casi de todo durante todo el día y toda la noche. Las tiendas abiertas 24 horas son frecuentes y cualquier capricho es adquirible aunque ocurra a las cuatro de la madrugada. La otra característica es la flexibilidad y la libertad para el cliente. Los dependientes persiguen o presionan al visitante en muy pocas tiendas de Madison Avenue, una de las calles más caras del mundo (en el tramo del Upper East Side). Incluso en lugares intimidantes como Tiffany’s, en la Quinta, la comodidad del cliente es regla comercial y así, además de visitar gratis los espléndidos baños de la joyería, se puede merodear con total tranquilidad.
En general, el dejar en paz al consumidor es la norma. Su realización más perfecta se cumple en la cadena de librerías Bames and Noble, diseminada por toda la ciudad y que tiene como costumbre sagrada respetar al cliente, por mucho que éste se pase horas leyendo libros y ojeando revistas que nunca compre. En las cafeterías de sus librerías (casi se podrían llamar bibliotecas), es habitual ver a lectores tomando apuntes de sus libros, trabajando con montañas de revistas, sin ni siquiera consumir un café. En una ocasión, un redactor del New York Times quiso averiguar hasta dónde llegaría la paciencia de los trabajadores del lugar: utilizó revistas y libros durante horas y hasta trajo su propia comida de casa. Nadie le dijo nada.
Por supuesto, no se trata de pura filantropía, ya que la idea es crear un espacio confortable donde el consumidor quiera estar y comprar. Eso se espera también en las tiendas del SoHo, donde el vaivén de paseantes es tan constante que los dependientes apenas se molestan en preguntar. En particular los fines de semanas (mejor evitarlos), las hordas de turistas y consumidores hacen casi inhabitables las calles de este barrio del sur de Manhattan, entre galerías de arte, tiendas de vintage, de zapatos con muchos ceros, de sombras de ojos multicolores, de todo a 10 dólares yde.casi todo a 1.000, de cafés lujosos y de mercadillos de zapatillas chinas y relojes falsos, justo donde cruza Canal Street, en Chinatown.
Aunque Broadway a esta altura suele estar más abarrotada, las direcciones más oríginales se encuentran al este y al oeste, en los bordes del barrio, en West Broadway, donde el despliegue de cuadros en las aceras es inigualable; y por las callejuelas donde comienza NotiTa, una zona cuyas siglas significan North oftittle Italy, el área italiana. Sus calles aún conservan el aspecto un poco deteriorado de los almacenes cerrados tan característico del SoHo antes de que los artistas recuperaran el barrio.
Por un momento, cerca de una iglesia rodeada de un muro de ladrillos rojos, el paseante parece encontrarse más en una ciudad europea que en una americana. Entre los árboles, se divisa el Empire State Bulding, que recuerda que esto sólo puede ser Manhattan.
El aspecto popular y entrañable del barrio se acaba cuando se mira las etiquetas de la ropa de diseño en sus tiendas. NotiTa es, sin duda, casi más caro que el SoHo, aunque la originalidad de sus comercios también garantiza el conseguir objetos únicos. La reina de la zona indie chic (chicindependiente) es, sin duda, Calypso, con cinco tiendas en el barrio que venden sus clásicas faldas atadas por detrás con un aire de siglo XIX para mujer, ropa infantil, para hombre, joyería y prendas rebajadas.
Para encontrar una combinación de librerías, mercadillos y tiendas alternativas no tan caras se puede subir en Manhattan hasta la calle 125, la parte de Harlem más de moda y animada los fines de semana, o abandonar la isla y cruzar a Brooklyn. Allí, Park Slope se ha convertido en el equivalente al Upper West o al Village, pero con precios más asequibles.
Sus mercadillos son un despliegue de colores y, pasando por la esquina que fotografiaba todos los días Auggie en Smoke (paul Auster, autor del guión de la película, vive en este barrio), se encuentran cafés donde se invita al cliente a pintar el mantel con ceras, tiendas de chales indios o librerias de viejo. Y, por supuesto, como en el resto de la ciudad, aparte de los mercadillos más establecidos, de antigüedades y muebles en patios de colegios o aparcamientos vacíos, cualquiera vende su colección de piezas del desván en la acera.
A lo largo de la Quinta o de Madison se encuentran los más clásicos manteros, con sus imitaciones de Prada o Louis Vuitton, sus pashminas y DVDs piratas. Sin embargo, la versión más habitual y más propia de la ciudad es la de la mesita plegable cubierta por libros viejos, muñecos de plástico, patines oxidados y aparatos difíciles de identificar que dan la impresión de que Nueva York debe ser la ciudad más ecológica del mundo, porque nada se tira. A algunos aún les quedan las chapas de las últimas elecciones, cuando la petición del voto o de fondos se unía a la venta ambulante en perfecta armonía.
En una ciudad tan política y demócrata como Nueva York, la resistencia contra su nuevo Gobierno aún no ha terminado. De hecho, hasta se combina con las compras, porque un grupo de demócratas ha distribuido una lista de a quién donan su dinero las grandes cadenas. Pero hasta ahora, ni crisis económica, ni tempestades, ni el ll-S han detenido la furia consumista en la ciudad.
Después de todo, en la ciudad de. Wall Street, la inversión más apreciada suele ser la que expresa Sarah Jessica Parker interpretando a la orgullosamente neoyorquina Carrie Bradshaw (el personaje creado por una periodista del New York Observer que escribía una columna llamada Sex and the Cityen los 90): «Me gusta tener mi dinero donde pueda verlo: colgando en.mi armario».
DIEZ TIENDAS IMPRESCINDIBLES
1 Calypso. Es la reina del estilo indie chic en NoLiTa, el área italiana de la ciudad. Vende ropa de mujer, hombre y niño, zapatos y joyeria. También está presente en el Upper East Side y en el Meatpacking District, pero las más características son las localidades de este barrio junto al SoHo. En la ciudad cuentan con distintos locales: 280 y 252 de Mott Street y en los números 405, 424 Y 426 de Broome Street.
2 Urban Outfitters. Es la versión neoyorquina de Zara, con ropa de mujer y hombre, zapatos, muebles, regalos y libros, todo muy moderno y a buenos precios. Las más completas en Nueva York de la cadena están en el Upper West Side y el Village. En el 2081 Broadway (con la calle 72) y en el 162 2nd Avenue (entre las calles 10 y 11).
3 Antropologie. Una enorme nave de techos altos, al más puro estilo SoHo, con ropa de mujer, regalos, joyería y objetos de decoración. La dirección: 375 West Broadway (entre Spring y Broome).
4 Blomingdsle’s del SoHo. Aunque la sede central de este clásico de los grandes almacenes neoyorquinos permanece en Lexington con la calle 59 (el mítico Bloomies), una versión más juvenil y moderna se inauguró en el SoHo hace unos meses. Se encuentra en el 504 Broadway (entre Spring y Broome).
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5 Murder Ink. La librería es un templo alternativo de libros de misterio y de Nueva York, en particular, aunque se puede encontrar de todo (mientras el perro de la tienda, de humor cambiante, lo permita). Podéis encontrada en el 2486 Broadway (entre las calles 92 y 93).
6 Cummunity Bookstore and Café. Es la librería independiente por antonomasia donde encontrar bestsellersy primeras ediciones, con café y actividades literarias y políticas incluidas. En Park Slope, el barrio de moda en Brooklyn. Exactamente en el 143 7th A venue (con Carroll Street, Brooklyn).
7 B&H. El supermercado de la fotografía y la electrónica, junto al Madison Square Garden, merece la pena por los precios y por la peculiaridad de los dependientes, la mayoría judíos ortodoxos, con trenzas incluidas. La dirección: 420 9th Avenue (esquina con la 34).
8 Kiehlts. La farmacia de belleza fundada en 1851 (una verdadera antigüedad para Nueva York) vende remedios para todo y fabrica sus propias cremas, ungüentos y champús a precios más asequibles que las grandes marcas internacionales. Está ubica,da en el 109 3rd Avenue (entre las calles 13 y 14) Y en el 150 Columbus Avenue (entre las calles 0’67). . .’ .
9 MOMA Store. No se trata de una tienda de recuerdos y pósters de museo en sentido tradicional, sino que está especializada en los mejores objetos de decoración y los inventos más originales e ingeniosos de diseño. Se encuentra en 81 Spring, en el SoHo, o 44 W 53 Street, junto al Museo de Arte Moderno, con su nuevo edificio inaugurado tras la reestructuración.
10 Manny’s. Es el imperio musical desde los años 30. Todos los instrumentos posibles y más se pueden encontrar aquí, junto a Times Square, en la calle musical, donde abundan las tiendas de guitarras y tambores. Su sede está en el 156 W 48
(entre la Sexta y la Séptima Avenida).
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