Por una conciencia en torno al agua
Hoy abordaré un tema de especial importancia para nuestro país, me refiero al agua. Y no sólo porque ante el cambio climático el vital líquido estará sujeto a una serie de graves contingencias.
Ante todo, hoy el agua se encuentra en el centro de la escena nacional por dos motivos. Por un lado es cada vez más evidente la terrible e incontenible contaminación que sufre el país en casi tres cuartas partes de su red fluvial, comprendidos lagos y lagunas. Pero por otro, es una tragedia que el agua, lejos de ser protegida por la autoridad y la sociedad en general, hoy en día se ha convertido en el elemento de mayor discordia entre los diversos sectores, derivado de su papel estratégico en el impulso de las actividades económicas y, en particular, de las nuevas industrias como la minera a tajo abierto y la extractiva a base de fracking.
¿Qué tendrá que ocurrir para que podamos tomar conciencia y evitar que sean los intereses materiales los que se impongan por sobre el interés público, particularmente la sobrevivencia del medio ambiente y del hombre en general?
El agua es la base de todo y si nos permitimos dilapidarla, o peor aún, contaminarla con todo tipo de descargas residuales, sobre todo de metales pesados ¿cómo podemos esperar que la calidad de vida pueda mejorar si estamos haciendo todo para afectarla? Pensemos tan solo en la última iniciativa que está siendo discutida en el poder legislativo federal. ¿Cómo es posible que no exista una mínima conciencia social, ya no digamos ecológica, entre los legisladores? No se trata de discutir quién es el dueño del agua.
Esto está fuera de toda discusión. Nadie puede serlo porque el agua es de todos, pero lo más grave, lo inadmisible, es que se pavimente el camino para que pueda tener lugar todo tipo de abuso acuífero. Una sociedad que no cuida sus recursos estratégicos, en este caso vitales e irrenovables, es una Nación sin rumbo, en la que todo discurso o promesa de cambio son simple demagogia.
México, por ser justamente un país que lo tiene todo, tiene una gran responsabilidad, mayor aún que muchos de los países en la tarea de velar por la protección de su población y supervivencia de sus incuantificables recursos y medio ambiente.
Siendo por ello mismo aquí donde justamente el turismo puede jugar un papel preponderante en las tareas de salvaguarda y gestión del agua, contribuyendo a sensibilizar y concientizar de la importancia que este líquido representa para todos los órdenes de la vida, pues está visto que, por lo pronto, desde la óptica de los legisladores, otros son sus intereses, y no los desequilibrios de todo tipo que pueda provocar la promulgación de leyes que, ante todo, son contrarias al orden natural. Hasta aquí mi reflexión.
