Tlaxcala pone valor turístico a la tauromaquia
Ganadería de Haro, Tlaxcala
No es necesario ser aficionado a la fiesta brava para disfrutar los atractivos y el patrimonio cultural que esta actividad, con 400 años de historia, ha dejado en la entidad. Ahí les van algunas razones:
Resulta que aun cuando Tlaxcala es la entidad más pequeña del país, es el estado con mayor número de ganaderías, muchas de abolengo como Piedras Negras y de Haro, y es tierra además de grandes toreros como Rodolfo Rodríguez “El Pana”, Rafael Ortega, Uriel Moreno “El Zapata” y José Angelino, con quienes tuvimos la oportunidad de conversar.
El Zapata y el mismo ganadero Antonio de Haro reconocieron que se ha creado una sinergia muy interesante entre promotores de la fiesta taurina, con autoridades, y ganaderos para ofrecerle al turismo nuevas experiencias en las que la convivencia con el Patrimonio Cultural es una de sus principales virtudes.
En este sentido se creó el Instituto Tlaxcalteca de Desarrollo Taurino, que dirige Luis Mariano Andalco y que trabaja de cerca con la Secretaría de Turismo y Desarrollo Turístico que encabeza Adriana Moreno para detonar esta actividad como un complemento de todos los atractivos con los que cuenta el estado.
Así el turista puede hacer un recorrido por las haciendas, que también gozan de gran tradición pulquera, explicó Nylda García Padilla, directora de promoción de la Secretaría, y de paso degustar esta bebida acompañada de otros platillos típicos de la región.
Por otro lado, muchas ganaderías abren sus puertas, la gente puede incluso dormir en algunas de ellas, y conocer el herraje a los becerros, cómo se les alimenta, cómo se les reconoce de acuerdo a su árbol genealógico, y también es posible estar presente en un proceso de tienta, es decir, cuando se examina y se califica su bravura, si el ganadero considera que aprueba, la vaca será destinada a compartir el potrero con un semental.
Pero también hay experiencias de tradiciones arraigadas, pues es posible participar en un festival taurino que consiste en torear una vaquilla en un cortijo, siempre encontrarán a un aspirante a novillero o un novillero dispuesto a darles un curso básico.
Y obviamente pues también pueden participar de la Noche que nadie duerme o la Huamantlada, que es otra derivación de la fiesta en la que muchos no están tan de acuerdo pero que atrae a muchísimos visitantes.
Hay tours disponibles para todos los gustos, lo cierto es que hay nuevos motivos para visitar Tlaxcala. Honestamente mi percepción cambió porque aunque iba poco receptiva, me contagiaron de una pasión que vale la pena experimentar, les gusten o no las corridas de toros. Yo todavía no sé si iré a alguna, por lo pronto, me quedó con una muy grata experiencia y con ganas de volver a empaparme de paisajes únicos, haciendas de abolengo, comida deliciosa y gente muy amable con mucho amor por su tierra.
¿Sabías qué?
- Tlaxcala es el estado con más ganaderías de reses bravas, cuenta con 36.
- La riqueza del campo tlaxcalteca durante la época de la Colonia fue administrada por las haciendas, cuya producción básica era la agricultura, ganadería y la producción de pulque. Durante los últimos años del siglo XIX y XX algunas de las haciendas se convirtieron en ganaderías de toros bravos.
- Actualmente, en el estado se conservan más de 100 cascos de haciendas, las cuales desarrollaron elementos arquitectónicos para satisfacer las necesidades de producción.
- En 1874 se funda la primera ganadería de toros bravos en Tlaxcala y segunda en el país: San Mateo Huizcolotepec o llamada también San Mateo Piedras Negras, considerada una de las ganaderías madre de México.
Antonio de Haro, ganadero; Uriel Moreno, “El Zapata” y Horacio Casas, rejoneador en la Ganadería de Haro.
