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May 17, 2015 Jesús Alonso ¿A DÓNDE VAS?, Durango, MÉXICO 0
Cuando escuchamos hablar de Durango, viene a nuestra mente ese pasito contagioso que pone ritmo a las fiestas populares, alguno que otro corrido, mezcal y hasta los alacranes salen a relucir, ¿pero qué tanto saben de todo lo que tiene que ofrecer al turismo? Pues hoy les ofrecemos 10 razones que seguramente los van a sorprender y es que hablar de Durango es adentrarnos en un paraíso rodeado de sierras verdes, cascadas y ríos con la perfecta proporción de desierto.
En el centro del Estado se asienta la bella ciudad conocida como La Perla del Guadiana, desde donde parte nuestro recorrido para encontrarnos con un destino que tiene también una oferta cultural completita, hacer una caminata por su centro histórico es una lección arquitectónica. En sus calles se encuentran más edificios históricos que en cualquier otra ciudad del norte del país. Y por si fuera poco sus maravillosos escenarios, la han consolidado además como una tierra favorita del cine y los westerns, pero también son sitios ideales para comérselos con la cámara y disfrutar de la aventura.
Llegamos a la ciudad de Durango y no hay nada mejor que iniciar un recorrido por la ciudad que partiendo de la Plaza de Armas que se ubica en el cuadro principal de la ciudad, adornada con una gran cantidad de árboles y áreas verdes. Lo mejor es disfrutarla de noche, sin tanto calor, pero sobre todo para contemplar la iluminación de sus edificios, juegos de luz que evocan sensaciones entrañables.
-En este mismo sitio se encuentra el emblemático Kiosco de cantera rosa, diseñado por el arquitecto Francisco Gómez Palacio. Es de dos pisos, y su altura cumple con la función de mirador.
-Sobre los Arcos de la planta baja del kiosco se encuentras grabados los nombres de los hijos prodigios de Durango: el compositor y director de orquesta Silvestre Revueltas, el pianista Ricardo Castro, y la mezzo soprano, Fanny Anitúa.
-La Plaza durante la época colonial también cuatro cuadras al oriente, le llamó 1950 diseñado por el arquitecto F. Gomes Palacios. Es de dos pisos, cuya altura cumple conén sirvió como centro cívico y plaza de toros y fue hasta después de la independencia que se le llamó Plaza de Armas.
-Y para terminar este cuadro, la monumental Catedral se asoma con todo y su fachada de fino trabajo ornamental.
Un lugar perfecto para iniciar la visita, dar una caminata y admirar la vista desde el mirador, mientras se disfruta de la frescura de la noche.
Durango es un museo vivo; sus calles, plazas, iglesias y edificios coloniales. Hacia donde decidas caminar, es probable que te topes de frente con alguna de sus 21 joyas arquitectónicas.
-Puedes comenzar visitando La Catedral. Su fachada muestra un fino trabajo ornamental. En el remate llama la atención, por lo inusual, un escudo Nacional Republicano: el águila con las alas extendidas parada sobre un nopal, y en la cima una cruz de hierro. En el lugar que hoy ocupa la catedral, se erigió la Parroquia de la Virgen de la Asunción que, por desgracia, en el año 1623 después de haber sido reconocida como catedral, fue destruida por un incendio.
-El segundo inmueble construido en 1635 tuvo que ser demolido debido a problemas de humedad. Por fin, el tercer intento realizado en 1695, se erigió el actual edificio, consagrado hasta 1844.
-Otro templo imperdible es el de San Juanita de los Lagos que cuenta con una sillería digna de admiración por la estupenda talla del respaldo, es más, está catalogada como la segunda sillería más hermosa y ricamente tallada del país.
-¡Y qué me dices del Templo es el de San Agustín! de estilo neogótico y obra del maestro cantero Benigno Montoya. Fíjense que durante la Independencia, las tropas realistas pelearon cuerpo a cuerpo con los insurgentes dentro de este recinto religioso.
Por último, tenemos el templo de San Juan Bautista de Analco que todavía conserva un reloj que antiguamente estuvo en la Catedral y una cruz en el atrio donde se dice que se encuentran enterrados los restos de Fray Diego de la Cadena, el misionero Fundador.
Fíjense que al igual que sucede con el resto de la cultura mexicana, la cocina duranguense es fruto del mestizaje. El más antiguo y famoso platillo es el Caldillo Durangueño, se prepara a base de carne de res, fresca o seca y se cocina con tomate, cebolla, y desde luego con chilito verde. Y en esos momentos cuando el hambre es canija, nada mejor que visitar una fonda o ir a un restaurante y pedirlo, ya sí son entrones pues síganle con una pierna de cerdo en pulque o con el tradicional mole de Analco.
Ahora que si desean probar otra cosa, el pipián, el menudo o las gorditas de huevo perdido que se preparan con masa de maíz, huevo, jitomate y chile, son otras deliciosas opciones. ¿Y qué me dices del queso? No se vayan sin llevarse uno a casa, se trata de un ingrediente muy importante en la cocina duranguense; el de mejor calidad se obtiene principalmente de las comunidades menonitas, así como de la casa Wallander que es toda rica tradición.
Finalmente, ¿Qué mejor que un buen postre? Y es que debido a la tradición ganadera del estado, la cajeta se ha ganado el lugar central en las mesas de todo México.
Me parece muy buena opción y como digestivo un buen Mezcal, ¿Qué te parece? La mejor forma de terminar con un banquete de este calibre es con un trago de esta rica bebida y si es del poblado de Nombre de Dios, mejor aún. Como ven en la cocina duranguense hay cabida para todos los gustos.
Mapimí es un Pueblo Mágico en cuyas calles se escribe la esencia de un pueblo minero en cuyo escenario se han desarrollado interesantes hechos históricos. Y es que fíjense, fue habitada por indígenas tobosos y cocoyones y fundada como ciudad en 1598. Y fue escenario de episodios clave de la Independencia y la Revolución mexicana.
Exactamente dos sitios son testigo de ello: la Casa del Cura de Dolores, donde Miguel Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez descansaron por cuatro días en su camino a Chihuahua antes de ser fusilados; y la casona del siglo XVI que por un tiempo fue Palacio Nacional.
En 1864, Benito Juárez se hospedó aquí, durante su peregrinar por el norte del país. Ahora este recinto es el Museo de Historia de Mapimí donde se resguardan documentos de la historia de este municipio y de la actividad minera de la entrañable Ojuela.
Y fíjense amigos que Ojuela, hoy por hoy, es un pueblo fantasma que en sus buenos tiempos llegó a tener tres mil moradores y contaba con un teatro, iglesia, casino y sistema de agua potable. Se localiza en lo más alto de un cerro, junto al puente colgante. Una vez que las minas se inundaron, fue abandonado definitivamente. Para quienes gusten de fotografiar lugares misteriosos y notables, Ojuela es una oportunidad irresistible.
Y no podemos dejar de mencionar otro imperdible, la enigmática Zona del Silencio, un lugar repleto de mitos y leyendas que se ubica en la frontera que comparte Chihuahua, Durango y Coahuila. Termina con los mitos y descubre por ti mismo este impresionante lugar.
En Durango puedes hacer realidad tu sueño de estar dentro de una película de vaqueros, a lo largo y ancho de Durango se han grabado aproximadamente 150 películas. La primera fue La ley del Bravo, del año 1955, protagonizada por el famoso actor estadounidense Robert Wagner. También la película de Bandidas, protagonizada por las guapas Penélope Cruz y Salma Hayek, pues también se grabó aquí por ahí del 2004. De hecho a Durango se le conoce como la tierra del cine.
De entre todas las locaciones que se podrían encontrar en Durango, vale la pena mencionar Villas del Oeste. Es un antiguo set cinematográfico que se construyó en la década de los sesentas y ahora se ha convertido en un parque temático. Se encuentra en el km 12 de la carretera federal de Durango – Parral aproximadamente a treinta minutillos de la capital. Y aquí pueden disfrutar de un romántico paseo en carreta, recorrer el parque a caballo y en vez de capturar el momento con una típica selfie puedes tomarte la fotografía del recuerdo al estilo Clint Eastwood.
Y no se pueden perder el espectacular show al estilo western, para presenciar un duelo a muerte entre cowboys e indios, rodeado por los majestuosos paisajes semidesérticos del bello estado de Durango.
El Estado de Durango es conocido por su amplia oferta de actividades ecoturísticas y deportes extremos. Si eres de los amantes de las actividades al aire libre y cuentas con sangre de aventurero Durango es perfecto para ti. En los alrededores de la capital se asientan extensos campos donde puedes practicar gotcha, ciclismo de montaña, realizar recorridos en cuatrimoto, vehículos 4×4 o surcar aires con una tirolesa.
Para todos los amantes de lo extremo no se pueden perder el salto de agua llovida, es una tirolesa que pasa sobre una cascada. Lo emocionante no sólo es la tirolesa sino los cañones, mananitales y desfiladeros por los que tienes que cruzar antes de lanzarte al abismo colgado de un delgadísimo cable. Además Durango se caracteriza por contar con un gran número de superficies verticales y cascadas, es por eso que el rapel es también un deporte muy popular.
Pero si lo que quieren es hacer actividades en la montaña no hay nada mejor que los miradores Las Ventanas, y Balcones, donde hay un exquisito panorama compuesto por cañones, desfiladeros, ríos y cascadas que indudablemente te dejaran sin aliento.
De todos los entornos naturales con los que cuenta Durango, sin lugar a dudas este no tiene comparación: Mexiquillo consta de un conjunto de rocas de lava petrificada que asemejan unos enormes monolitos. Es por esta razón que al lugar se le conoce como paisaje lunar, y es enigmática porque en medio del bosque de pronto entrarás en una planicie semiárida donde los únicos habitantes son extrañas formaciones rocosas. La vista es incomparable y a lo lejos se escucha el sonido continuo de la cascada el Mexiquillo, una hermosa caída de agua de unos veinte metros de altura.
Pero eso no es todo, siguiendo el cauce del río La Ciudad, podrás llegar a unos viejos túneles que fueron construidos para el tren que uniría Durango y Mazatlán, el proyecto quedó inconcluso, sin embargo, hoy en día esos pasajes son un atractivo para los aventureros que se decidan a realizar el trayecto a pie, bicicleta o en vehículos todo terreno.
Durango además de ser conocido por su diversidad en paisajes también se le reconoce como la tierra de los alacranes. Ya sea en la sierra, en el campo o en las casonas antiguas de la capital del estado, son fáciles de encontrar, pero esto al mismo tiempo ha permitido dar lugar al sinfín de artesanías. Con estos singulares arácnidos se hacen llaveros, ceniceros, bolsas, vasos, relojes de pared, botellas de tequila y hasta hebillas para los cinturones. Estos artículos se pueden encontrar en el ya famoso mercado Gómez Palacio, junto con otras artesanías, elaborados por indígenas tepehuanos, como coloridos bordados, textiles de lana, piezas de cerámica, vasijas o instrumentos musicales.
También vale la pena recorrer el mercado para encontrar productos gastronómicos artesanales como la tradicional carne seca. Así que deja espacio en tu maleta, vete de compras y empápate de cultura popular.
Como el tesoro que es, el Estado de Durango alberga majestuosos edificios arquitectónicos que créanme, merecen ser conocidos. El Corredor Constitución es un excelente lugar para apreciarlos y también para sentarse en alguno de sus restaurantes a tomar un respiro. Fíjense: comienza al costado poniente de la Catedral, y abarca siete calles que van del Jardín Hidalgo en el norte, hasta el paseo de las alamedas en el sur. Y justo aquí es donde encontrarán una variedad se cafesitos para sentarse, relajarse, platicar y admirar la bella vista, también hay restaurantes y boutiques en esta zona. Quédense en un hotel del centro, con vista a la catedral y a las antiguas casonas de alrededor, y déjense envolver en un ambiente único. La mayoría de los comercios se alojan en casonas antiguas que han sido restauradas y asi nos dejan ver sus elementos característicos en sus fachadas con vistosas herrerías en sus balcones.
Aquí no hay cabida para los coches, así que tranquilamente puedes disfrutar de una caminata a paso lento. De ahí su toque especial pues varios de los comercios sacan a estas calles mesas y sillas donde no es fácil resistirse a tomar un refrigerio.
Y para cerrar con broche de oro nuestro recorrido por Durango, una buena opción para contemplar el esplendor de la ciudad es a través de un paseo por su teleférico. Durango cuenta con uno de los cuatro teleféricos citadinos en el país partiendo del centro histórico y alcanzando los ochenta y dos metros de altura. Recorre una distancia de setecientos cincuenta metros que van desde el cerro del Calvario hasta el mirador del cerro de los Remedios. Así que ya lo saben ya sea de día o de noche el testimonio de la belleza incomparable de Durango los espera para una experiencia muy especial.
La estación Los Remedios cuenta con cafetería, tienda de regalos y una sala de interpretación. Diariamente se realizan eventos culturales como cine al aire libre, danza y espectáculos musicales.
Y en la estación Calvario encontrarán una tienda de souvenirs, tienda de snacks y sala de espera. En ambas estaciones hay servicio de Internet inalámbrico gratuito, así que pueden subir sus selfie rápido rapidísimo.
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