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Dic 14, 2014 Jesús Alonso ¿A DÓNDE VAS?, GUÍAS DE 10, MÉXICO 0
La Navidad está por llegar y seguramente muchos de ustedes ya anhelan el momento de estar en familia, descansando y por qué no, disfrutando alguno de los destinos turísticos de nuestro país. Así es y nada mejor que aprovechar, justamente esta temporada para revivir tradiciones únicas que envolverán de magia la convivencia familiar.
El Estado de México, Puebla, Michoacán, San Luis Potosí, Oaxaca o Morelos son solo algunos de los estados que ofrecen una amplia gama de celebraciones que les aseguramos quedarán en su memoria y sobre todo en la de los más pequeños del hogar.
Escenarios verdes, trabajo artesanal, creatividad artística o simplemente ferias y festivales que los llevarán a vivir una Navidad muy mexicana es lo que traemos para ustedes a través del Top Ten de esta semana. Ha sido un buen reto elegir los10 mejores pero estamos seguros que esta guía será de gran utilidad para que se acerquen y disfruten de nuestros destinos, pero sobre todo para no dejar morir tradiciones que nos distinguen en estas fechas.
Una razón más para viajar por México y hacer de la Navidad una fecha para recordar en familia así que señores, sin más preámbulo, iniciamos nuestro conteo con una tradición maravillosa:
La Noche de Rábanos es una fiesta oaxaqueña que se celebra cada 23 de diciembre, en la que los hortelanos y floricultores exhiben creativos diseños, principalmente de Nacimientos, realizados con el rábano y el totomoxtle, que es la cubierta de la mazorca del maíz. El ambiente de la ciudad es de pura celebración, miles de turistas llegan para empaparse de esta tradición, disfrutar de todos los atractivos con los que goza la ciudad capital y apreciar las creaciones de las comunidades.
Pero conozcamos un poco sobre el origen de esta tradición, fíjense que todo se remonta a la época colonial, cuando la orden benedictina inculcó a los indígenas zapotecos y mixtecos, los saberes de la horticultura y floricultura. Desde el siglo XVI, el 23 de diciembre, en la Plaza de Armas de la Vieja Antequera, lo que hoy es el zócalo de la ciudad de Oaxaca, era establecido un mercado para la cena de Navidad.
Aquí había todo lo de un mercado típico: frutas de la temporada, vegetales y carne. Los hortelanos llevaban productos, entre ellos rábanos cuyas formas caprichosas sugerían figuras de seres humanos y animales. Los tubérculos eran usados como adorno, para llamar la atención de los compradores, y lo que fue una estrategia de ventas se convirtió más tarde en una gran tradición: La primera noche de rábanos.
Al pasar de los años este trabajo fue digno de ser premiado y hoy es un concurso que reconoce a los mejores artesanos en un ambiente de música y esplendor, que culmina con juegos pirotécnicos. Una tradición con mucho arraigo que no hay como vivirla en el escenario inmejorable de la capital Oaxaca, que siempre tiene algo para sus visitantes, arte, cultura, historia y una gastronomía sin igual.
Vale totalmente la pena vivir una Navidad a la oaxaqueña, llena de color y mucha cultura.
El Pueblo Mágico de Tlapujahua es reconocido en todo México porque aquí, siempre es Navidad. Así es, se trata de un antiguo pueblo minero, que se caracteriza por ser uno de los principales productores de esferas en el mundo, actividad que significa la principal fuente de empleo para sus habitantes.
Fíjense que gracias a su calidad, son reconocidas y valoradas en el extranjero, pues cerca de 90 por ciento de su producción se exporta, especialmente a Estados Unidos y Canadá.
Pero desde luego lo más valioso es ir a este Pueblo Mágico, recorrerlo y escoger en compañía de la familia ornamentos únicos y conocer también algunos de los 200 talleres familiares que se ubican en este rincón michoacano, que por cierto está muy cerca de uno de los santuarios de la Mariposa Monarca, así que el viaje puede ser de diversión completita.
Anímense a comprar esferas en Tlapujahua y preservemos esta tradición e importante modo de vida de sus habitantes, olvídense de vestir su árbol de Navidad de esferas de plástico y vivan además una gran experiencia en familia.
Llegamos a la Villa de Tlaquepaque, Jalisco ubicada a escasos 20 minutos de la ciudad de Guadalajara. Es un sitio que deben visitar sin duda alguna cualquier temporada del año, pero estos días sus artesanos muestran extraordinarios trabajos de nacimientos navideños hechos a mano. Seguramente les costará trabajo decidirse por alguno y tal vez eso sea de lo que más se disfruta: caminar por el mercado municipal, pasando por las galerías y el kiosco, mientras se toma la decisión final.
Pequeñas, medianas o grandes esculturas representan a los personajes del nacimiento. Pueden llegarse a encontrar las más variadas versiones: Un nacimiento marino, uno mexicano, otro con forma de frutas o de estructura geométrica, para variarle un poco. En una visita a Tlaquepaque no hay que pasar por alto el Centro Cultural El Refugio, bellísimo edificio de 1885 que anualmente realiza una importante exposición artesanal; la Casa del Artesano y el Museo Regional de la Cerámica.
Y es que fíjense que la fama del lugar como centro alfarero y artesanal no es reciente. Ya desde épocas prehispánicas los indígenas que habitaban la zona supieron aprovechar el barro natural de la región, tradición que perduró hasta después de la llegada de los españoles. Como ven, una tradición muy mexicana de la cual debemos sentirnos muy orgullosos.
No quiero oro ni quiero plata, yo lo quiero es romper una piñata de Acolman, en el Estado de México.
No pierdan la oportunidad de conocer este Pueblo con Encanto muy mexiquense ubicado a 40 kilómetros al noreste de la Ciudad de México y conozcan todo lo que hay detrás de las tradicionales piñatas, elemento fundamental en esta temporada de posadas que está por iniciar el 16 de diciembre.
Cuenta la tradición que fue en los salones y patios del Ex Convento de San Agustín de este Pueblo con Encanto que, en la Colonia, se comenzaron a elaborar las primeras piñatas en territorio nacional. Por ello, en la plaza principal, cada año se realiza una colorida feria en la que la protagonista es justamente esta olla transformada en una estrella de 7 picos, y que evoca, según algunas versiones a los siete pecados capitales.
Si ya tiene en mente realizar una o varias posadas láncense a Acolman porque desde el 13 y hasta el 21 de diciembre se lleva a cabo la Feria de la Piñata 2014.
Celebren a lo grande pero sobre todo vivan el ambiente que se genera alrededor de esta fiesta para toda la familia. Y lo mejor de todo es que ustedes pueden hacer la suya, con el material y diseño de su elección.
Siempre hay un buen pretexto para visitar Puebla y el Pueblo Mágico de Chignahuapan, es un verdadero paraíso para comprar esferas en esta temporada, pero también en cualquier época del año. Hasta esta pintoresca localidad llegaron familias michoacanas, encabezadas por Don Rafael Méndez Núñez, a inculcar esta tradición y hoy en día hay más de 100 talleres artesanales que fabrican esferas y que ven pasar a familias mexicanas en busca de las mejores para sus árboles de Navidad.
Desde luego la visita a este rincón poblano debe incluir un recorrido por su templo, el cual aloja la fantástica imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción, que mide 14 metros de altura y de paso disfrutar de la hermosa laguna donde se pueden practicar todo tipo de actividades y deportes acuáticos.
Y es que la Sierra Norte de Puebla está rodeada por bosques, cascadas y aguas termales, es como un microcosmos donde es posible entrar en contacto con espléndida arquitectura religiosa pero también con sus riquezas naturales.
Ya estando en Puebla pues sería un pecado dejar de probar algo de su vasta y estupenda gastronomía. Así que señoras, además de llevar las esferas en la bolsa, lleven también dulces de jamoncillo, pepita y piñón, caerán como anillo al dedo en estas posadas. !Apoyemos el trabajo artesanal de nuestro país!
El Pueblo Mágico de Tepotzotlán es uno de los consentidos del turismo nacional por su maravillosa oferta cultural y artística, sin embargo, esta temporada la Hostería del Convento se transforma en un escenario muy especial. Se trata de la puesta en escena de uno de los espectáculos navideños más importantes de la región: las Famosas Pastorelas de Tepotzotlán, que tienen 50 años presentándose con un gran éxito.
Si nunca han ido, no dejen pasar la oportunidad de acercarse a este espectáculo que dirige el actor Roberto Sosa, el Diablo Mayor en esta obra y que pone a sufrir a los pastorcitos que van camino a Belén.
Ahora si ya lo vieron, pues éntrenle de nuevo, verán que no se van a arrepentir. Ir a Tepotzotlán las veces que se necesario nunca será cansado, y menos cuando a todos sus atractivos se le suma un espectáculo como éste. Además cuando termina la obra pueden aprovechar para convivir con los actores mientras participan de una posada y disfrutan de un rico ponche, un buñuelo o deliciosos antojitos mexicanos que terminan de ponerle el acento navideño a este tradicional y famoso evento.
Y abusados porque cuando decimos que es famoso es porque sí lo es, de hecho los boletos hay que comprarlos con anticipación porque se acaban. ¿Verdad que siempre hay un buen motivo para visitar Tepotzotlán? Pues no se pierdan la pastorela que se realizará del 14 al 23 de diciembre.
¿Qué tal se vería su casa esta Navidad adornada con un Nacimiento de Talavera? Seguramente muchos de ustedes los han visto, porque es tal su belleza y calidad que han adornado al mismísimo Vaticano. Así que si no están muy familiarizados con esta artesanía de altísima tradición y calidad, es el momento de hacer un recorrido por el bello estado de Puebla.
Pueden iniciar por la capital del estado, la visita es inmejorable esta temporada porque solo con entrar a la Catedral todo el espíritu navideño comienza a permear en la piel. Ya desde hace un par de años, en este imponente edificio tan simbólico de la capital poblana se coloca una réplica del nacimiento, con figuras en tamaño real, que estuvo en el Vaticano en el año 2011.
Para esa ocasión, la Fábrica de Talavera Ansar, fue la encargada de realizar esta obra monumental, siendo el Papa Benedicto XVI, quien dio su bendición.
Pero desde luego hay figuras de todos tamaños, y ya sea que vayan a la capital del estado o a Cholula a alguno de los talleres certificados con Denominación de Origen, donde podrán encontrar piezas únicas.
La talavera se caracteriza por su contenido de estaño y plomo en el vidriado y fue introducida en Puebla por los españoles. Esta artesanía desprende aroma a Oriente, Europa y Asia; y, sin embargo, ha adquirido una identidad propia convirtiéndola en la cerámica mexicana por excelencia.
Visiten Puebla y déjense sorprender por el gran trabajo artesanal que se realiza a lo largo del año.
Una tradición que siguen muchas familias mexicanas es la de internarse a los bosques de Amecameca, en el Estado de México, para seleccionar y cortar el árbol de Navidad que habrá de adornar sus hogares y al mismo tiempo, contribuir con ello a la reforestación y mantenimiento del hábitat. Exactamente, los viveros han sido muy cuidadosos en fomentar este equilibrio y lo más increíble es que han logrado desarrollar todo un concepto el cual no ofrece un producto, sino una inolvidable experiencia que fomenta al espíritu navideño.
Para los que viven en la Ciudad de México llegar hasta aquí es muy sencillo, llegando por Chalco, en camino a Cuautla, Morelos, podremos ver numerosos letreros advirtiendo la distancia restante para llegar al bosque y al Parque de los Venados Acariciables.
En este sitio podremos tener acceso a diversas opciones de bosques de árboles para la navidad, como lo es el Rancho El Risco, Rancho La Joya y los árboles de Navidad Agua Viva y desde luego Bosque Árboles de Navidad. Éste último vivero produce, año con año, cerca de 350 mil árboles, de los cuales 325 mil son regalados a los visitantes, a escuelas y a grupos ambientalistas para programas de educación o reforestación.
Así que ya lo saben, saquen las chamarras y láncense a Amecameca, donde puede aprovechar también para un rico desayuno mientras contemplan el inmejorable escenario que resguardan los volcanes Popocatépetl e Iztaccihuatl.
Y para los que ya pusieron el árbol de Navidad pero sienten que aún les falta colocar adornos alrededor de su casa, pues no lo piensen más y llenen este espacio de Nochebuenas. Fíjense que esta bonita flor es originaria del estado de Morelos que encabeza la producción nacional con 9.5 millones de plantas al año.
Exactamente, aquí se cultivan 4 variedades: rehilete, valenciana, nuevo amanecer y Juan Pablo y cada año son exportadas a países tan lejanos como Estados Unidos, Canadá, China, Kenya, Japón, Holanda, Vietnam, Francia, Alemania y Suecia, entre otros.
La nochebuena, señoras y señoras es uno de los productos estrella en el ramo de las plantas ornamentales en México, así que no pierdan la oportunidad de adquirir algunas de ellas y complemente este deseo con un recorrido por el estado de Morelos que como bien saben, se pinta solo en atractivos y hospitalidad. Pues de entrada, hasta el 21 de diciembre se realiza en este estado el Festival de la Nochebuena con el objetivo de promover esta hermosa planta, símbolo de mundial de la Navidad.
Así es contemplen los tapetes monumentales de nochebuena en Tlayacapan, Cuernavaca y en Jardines de México. Precisamente, éste último será certificado como el tapete más grande del mundo por el libro de Récord Guinness. Asimismo, los asistentes podrán adquirir las flores de nochebuena más bonitas de México y participar en las distintas actividades gastronómicas, deportivas, presentaciones culturales y talleres relacionados al paisajismo y arreglos con Nochebuena para la decoración del hogar.
Y llegamos al final de nuestro Top Ten con un sitio de arraigadas tradiciones que vale la pena descubrir en esta temporada, se trata de San Pedro Tlalcuapan, en el Municipio de Chiautempan, Tlaxcala. Año con año las familias de esa población adornan sus casas para que del 15 de diciembre al cinco de enero de 2015, se enciendan las series de luz para celebrar la Navidad.
El lunes 15 se realiza un desfile con decenas de carros alegóricos y el encendido del árbol, y desde luego incluye una verbena para los pobladores y el público en general. De acuerdo con los organizadores de esta fiesta llamada “La navidad al pie de la montaña”, en los años cuarentas comenzó el flujo de migrantes de Tlalcuapan hacia los Estados Unidos, a su regreso, muchos trajeron las primeras series navideñas que colocaron en las fachadas principales de sus hogares. Con el paso del tiempo, adornar las casas al estilo americano se convirtió en una tradición, que en la actualidad ha captado la atención de la población del centro del país y de otros estados.
Muestra de ello es que este año se espera la llegada de 750 mil visitantes, en esta comunidad llena de luz. Fíjense que hay casas que llegan a usar hasta 200 mil luces de todos los colores. Es toda una tradición. La gente se prepara con meses de anticipación, incluso, que hay quien contrata los servicios de una planta de luz para aguantar la carga.
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