Travel Report » Entradas » ¿Tú sabes a donde va el hispster viajero?
Oct 23, 2013 Jesús Alonso CURIOSIDADES 0
Aunque lo nieguen son una moda de la que tratan de escapar a toda costa. Los lentes de pasta y de marca, los skinny jeans, los accesorios artesanales lo más apegados al estilo vintage que se pueda y el mostacho que los hombres portan (casi, casi al estilo Dalí), identifican, al menos a primera vista, el no tan nuevo movimiento urbano llamado hipster.
En la ciudad de México, los cafés, los restaurantes de comida orgánica y las tiendas de diseño de las colonias Roma y Condesa son algunas de sus mecas, eso dice el libro titulado Hipsters (manual ilustrado), de Jorge Pinto.
Foto: Yadin Xolalpa EL UNIVERSAL
Si nos apegamos a que el pensamiento de un hipster es “independiente” y “alternativo”, entonces Pinto tiene razón al decir que el primer viajero hipster fue Cristóbal Colón, al cambiar la navegación por la ruta comercial para llegar a las Indias y que dio como resultado el descubrimiento de América.
Como sea, “el hipster no va con las masas, se aísla y cambia los outlets por las tiendas de diseño con fibras orgánicas; el café de Starbucks o Cielito Querido Café, por el del mercadito de la Roma, cosechado sin pesticidas, tostado y preparado al instante por un campesino veracruzano o chiapaneco”, afirma Rocío González, socióloga de la UNAM. He aquí una razón por la cual Mercado el 100 (www.mercadoel100.org) es su escape dominguero para ir de compras.
“La música también los define. El viajero hipster irá a los festivales donde bandas indies muestren su talento, esas que poca gente conoce, eso es “cool” y por eso llenan festivales como el Corona Capital, Lollapalooza y Coachella”.
El verde y el estético
Marcos Santiago, psicólogo de la UNAM, dice que hay dos tipos de hipsters, ” las playas oaxaqueñas o los temazcales son atrayentes para el hipster verde, el zen, el que busca siempre conectarse con su yo, el vegetariano”. Pero también está el hipster estético y melancólico, el que “revive épocas y se irá a los mercados de antigüedades de las grandes ciudades como San Francisco, Chicago, Los Ángeles y Portland, en busca de un accesorio que lo haga verse bien”.
Foto: Archivo EL UNIVERSAL
Marck Gutt, viajero independiente, nos da otros ejemplos de “hipsterlandias”. La cadena americana de cafeterías Intelligentsia (www.intelligentsiacoffee.com) son “su ca-fe-te-ría”.
La decoración industrial, pinturas de artistas independientes y la preparación minuciosa que se toman los baristas para servir una taza, es el encanto para el hipster, sin hacer a un lado que los granos son 100% mexicanos, colombianos, guatemaltecos, etiopes, kenianos y de otras naciones .
Urban Outfitters (www.urbanoutfitters.com) es la tienda que desde su diseño sabe que es para hipsters. La encontramos en Estados Unidos, Canadá, Londres, Bélgica y hasta en Suecia.
Foto: Archivo EL UNIVERSAL
La madera de los estantes es reciclada y cada hilo de sus prendas salió de aquel campo local donde el campesino, seguro, trabajó horas para formar una madeja. Los precios están ajustados a su bolsillo holgado que no se preocupa por pagar de 30 a mil dólares por algo diferente y “bien hecho”.
Venice Beach, en California, también está en la mira. Su atmósfera contracultural se ve reflejada en grafitis al aire libre: “No podrán saber qué significa, pero al estar hecho por un artista local, los cautiva”, dice Marck en tono sarcástico.
Incluso la revista Forbes enlistó las 20 zonas de Estados Unidos que mejor van con el movimiento hipster. Y es que, en el país vecino nació el término para referirse a los jazzistas negros de los años 40, reconocidos por sus vidas oscuras y sórdidas. Pero fueron los escritores de la Generación Beat, como Jack Kerouac y William Burroughs ( heroinómano famoso), los encargados de popularizar el primer estilo de vida hipster, ahora reinventado.
Fuera de América
En la actualidad ya hay agencias que se encargan de armar las vacaciones “únicas y exclusivas” que cada hipster puede exigir.
El portal www.hipstertravelguide.com contempla en sus itinerarios destinos como Bangkok y sus nuevos mercados nocturnos ubicados en andenes viejos de ferrocarril, donde se comercializan pinturas, ropa de segunda mano, comida vegetariana y hasta conciertos de música experimental.
Foto: Archivo EL UNIVERSAL
Otro punto importante es su alojamiento. Mientras más original sea, más “onda” tendrá, por ejemplo los cuartos rodantes como The Gran Daddy’s (www.granddaddy.co.za), en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Casas rodantes temáticas en donde algún diseñador echó a volar su imaginación para plasmar con puntos su amor por el encaje o con cabezas de pelo esponjado, su fanatismo por el afro funk.
vía: http://www.eluniversal.com.mx
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