VIAJANDO POR BCS EN EL LÍMITE DEL TIEMPO
Por: Fabián Aranda
Un error. Puestos en el lugar y el momento menos indicado podemos cometer graves errores. Errores que pesarán como una lápida sobre nuestra espalda y que, probablemente, despertarán a los demonios internos. No hay escapatoria, no hay forma de huir. Lo único que resta es perdonarnos. Pero esto nunca es fácil. Este es el drama que persigue a Damián Ojeda, artista plástico, de éxito y chicano, en nuestra película viajera de esta semana: Bajo California, el límite del tiempo.
Una muy lograda muestra de ficción documental que nos invita a reptar sobre la culpa de Damián Ojeda y a acompañarlo en un viaje hacia su pasado familiar y las pinturas rupestres de San Francisco de la Sierra, en Baja California Sur. La ópera prima de Carlos Bolado, estrenada en 1999, ha sido considerada por muchos como EL road movie mexicano. La mejor película donde un viajante se descubre a sí mismo a bordo de un trayecto incierto.
Primero sobre ruedas, desde Estados Unidos hasta una sucia playa donde Damián quema su camioneta frente al mar y su impotencia. Después a pie, recorriendo caminos y aprendiendo que el tiempo no se mide en los relojes. Un viaje iniciático, una persecución feroz del perdón. Una huida de la felicidad propia y la arrebatada… por un error.
Protagonizada por Damián Alcázar y Jesús Ochoa, Bajo California nos enrola en un triple viaje: el primero, hacia el interior atormentado de Ojeda; el segundo se escurre en los recodos caprichosos del tiempo y las raíces; el tercero nos pasea por los paisajes, ahora agrestes, ahora paradisíacos, de la Península de Baja California. Carreteras infinitas pobladas de cadáveres de autos; inmensas playas donde resuena el cantar de las ballenas; arena y piedras recibiendo el peso del andar. El eco del tortuoso camino que busca redención. Una película que difícilmente olvidarás: Bajo California, el límite del tiempo. Sigan bajando… hasta el próximo viaje.
