Travel Report » Entradas » Viajero en un país extranjero, anti-turista
Dic 20, 2013 Jesús Alonso TRAVELER TIPS 0
A veces, una de las mejores formas de conocer un sitio es el no hacer nada. Cuando visitamos un sitio nuevo, somos propensos a apresurar todos esos lugares, monumentos demás atracciones que la mayoría visita, y si lo vemos con tantita objetividad, terminamos por ver, comer y conocer lo que millones antes que nosotros han experimentado en un ciclo predecible que puede volverse rutinario. Esto es una nueva tendencia y ha dado lugar al anti-turista, o en otras palabras, un hipster con maleta en mano que no se va por lo que todos hacen.
Con el tiempo quizás caigas en cuenta que los típicos recorridos y tumultos ya no son lo tuyo y que preferirías no obviar en el hecho de que estás de visita con cada cosa que hagas durante tu viaje. Una gran alternativa es el integrarnos con el lugar en el que estamos y comportarnos como cualquier otro habitante. Es cuestión de actitud y tener muchas ganas de hacer algo distinto. En mi particular punto de vista, disfruto mucho de vagar por entre las calles, conocer restaurantes escondidos y tiendas comunes. Tal vez así nos perdamos de algo, pero ultimadamente, la experiencia de viaje que resulta de ello es única y muchas de las veces irrepetible. La mejor manera de llegar al núcleo de cualquier destino que visites es el explorar las múltiples facetas de la vida diaria en ese lugar y si pretendes vivir ahí, no importa qué tanto tiempo te quedes, descubrirás esos detalles que diferencian a esa cuidad de cualquier otra.
Pese a todos sus encantos, los hoteles no son propicios para conocer la esencia del lugar que visitas. Si rentas un departamento o casa, lo más probable es que te encuentres en una zona llena de locales y el que puedas explorar el vecindario en cuestión.
Di no a los llaveritos, banderas, postales, vasijas y todo ese universo de cosas inservibles que por lo general están hechos en otro lugar y que la gran mayoría de turistas termina por comprar. Mejor, visita los lugares a los que irías de ser un expatriado ahí: supermercados, farmacias, ferreterías, papelerías. Esa exótica herramienta de escritura o curiosa mezcla de té valen más que una camiseta genérica.
Ve al banco, consigue un sastre que te ayude a remendar esos pantalones rotos, visita a un dentista. Dependiendo del sitio podrás comunicarte o no, pero seguro habrá una historia que contar cuando termines de hacer aquello que necesitas y que no pudiste resolver en casa, mientras estás en un país extraño.
Si te enfrascas en tu guía turística, dudo puedas conocer cómo es que se vive la ciudad a tu manera. ¿Te gusta la historia, la repostería, el house progresivo? Busca en internet por aquellas cosas que te interesan; reuniones, conciertos, recorridos temáticos. Así podrás ver el cómo se comparan aquellas actividades que disfrutas en casa con la manera en que éstas se dan fuera de tu país.
Sé que el tiempo libre es un lujo no disponible para todos, pero si puedes darte un par de días extra, ¡hazlo! Asiste a un evento deportivo, a un servicio religioso, una reunión vecinal, busca en las redes sociales contenido relativo a tu ubicación, hazte de amigos que vivan ahí y que puedan llevarte a lugares lejos de los guías y los turistas de camisas hawaiianas.
Vía: http://nomadistas.com/2013/12/18/anti-turista Por Ricardo Vázquez
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