Xochicalco es amenazado
Por: Betty Zanolli Fabila
Uno de los más graves peligros que amenaza hoy en día la vida de seres humanos, fauna, flora, mantos acuíferos y suelo así como al patrimonio cultural de las naciones y de México en particular, son las actividades industriales que, como los megaproyectos de minería a cielo abierto, se desarrollan afectando de modo irreparable al medioambiente con todas las consecuencias antes referidas. La zona arqueológica de Xochicalco en el estado de Morelos, el centro ceremonial más importante del Epiclásico dedicado al culto a Tláloc y Quetzalcóatl, declarado en 1999 Patrimonio de la Humanidad y cultura clave cuyo conocimiento es determinante para la reconstrucción de la historia mesoamericana, es un ejemplo.
Hoy se encuentra en peligro de desaparecer si la autoridad permite que en sus inmediaciones se establezcan empresas extractivas de tal naturaleza. El problema es de suma gravedad porque su subsuelo es especialmente vulnerable al estar conformado por cuevas de lajas calizas que a la mínima detonación de dinamita podrían hacer que los basamentos prehispánicos no sólo se fracturaran sino que se vinieran abajo, afectando una invaluable zona arqueológica de nuestro pasado y destruyendo el ecosistema natural.
No olvidemos que este tipo de industria además de contaminar aire y suelo requiere un altísimo volumen de agua. Hasta ahora el gobierno de Morelos ha manifestado su rechazo, pero ¿qué hacen entre tanto las secretarías de Estado y autoridades involucradas como la del Medio Ambiente y Recursos Naturales, de Economía, de Energía, de Educación Pública y de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural y Pesca o la Procuraduría Federal del Medio Ambiente al respecto? ¿Habrá alguna justificación que permita atentar indiscriminadamente contra la cultura y la vida en todas sus manifestaciones?
Xochicalco, Morelos, una ciudad prehispánica que tuvo su apogeo en el Epiclásico (700-900 d.C.) Hoy se encuentra amenazada.
