Xochimilco: en lucha por su sobrevivencia
Uno de los grandes retos que enfrenta la sociedad moderna consiste en cómo poder armonizar correctamente el desarrollo urbano sin que ello implique afectar áreas naturales o espacios donde se erigen zonas arqueológicas, monumentos históricos y artísticos de valor incalculable.
Los casos abundan y son cada día más evidentes. El ejemplo más reciente lo tenemos en el conflicto que vive Xochimilco, que sólo gracias a la intervención y movilización oportunas de sus pobladores logró suspender en estos días las obras de construcción que se estaban comenzando a realizar en un predio de 30 mil metros cuadrados para alojar dentro de una nueva plaza comercial un Wal Mart, una tienda Suburbia y un Sam’s.
Lo lamentable es que en esta zona, ubicada en el poblado de Santiago Tepalcatlalpan, a pesar de ser “habitacional de densidad restringida”, los trabajos de construcción habían ya iniciado con el desmonte de una importante área verde de la que fueron talados decenas de árboles, generando así un severo impacto ambiental en la zona sin que hubiera podido ser impedido, de lo que se desprenden grandes dudas: ¿acaso contaban estas empresas con la debida autorización de impacto ambiental urbano? ¿Por qué las autoridades delegacionales permitieron que ser iniciaran estos trabajos antes de que la autoridad medioambiental así como el Instituto de Verificación Administrativa del Distrito Federal y los pobladores de Xochimilco lo hubieran avalado, de acuerdo a lo establecido por el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo?
No olvidemos que Xochimilco, independientemente de que forma parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad, es para la megalópolis de la Ciudad de México una zona fundamental de recarga de sus acuíferos y que sin la densidad arbórea mínima, dicha función podría ser afectada de forma irremediable, pero mientras haya funcionarios que permitan estas atrocidades, carentes de la más mínima conciencia y responsabilidad sociales, estaremos a expensas de que puedan generarse daños incalculables de todo tipo como los que hoy enfrentan los habitantes de esta delegación política
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